Madrid, 7 de mayo de 2018

El profesor Juan Carlos Pérez, realizó, in memoriam, la semblanza del profesor Anaya, destacando “su compromiso con la UNED y con la investigación. Ordenado, supervisor, meticuloso… siempre decía 'hay que trabajar, pero con talento'. Fue un adelantado en el campo de la neurociencia o neuroeducación. Toda su vida estuvo dedicada a la enseñanza y a la educación. Siempre recordaremos y nos deja como legado, su rigor académico, su entrega absoluta que él definía con una frase 'cada una de las asignaturas y cada uno de los estudiantes son la razón por la que uno es profesor. Con esfuerzo, trabajo y cooperación, se mejora el mundo…'".

La profesora Teresa Aguado, en su semblanza de la profesora Carmen Jiménez, manifestó “estar aquí simplemente, para dar las gracias a quien se lo merece y Carmen ha hecho todos los méritos para ello. Ha sido un compromiso continuo con la UNED, la educación y los estudiantes. Fue catedrática muy joven y llegó a la UNED, cuando apenas acababa de nacer esta universidad. Siempre defendió que la educación permite a las personas huir de la pobreza, la incomprensión, luchar contra las guerras… Inquieta e impulsora en todo momento, promovió, entre toda su actividad, la creación de la Revista Educación XXII de la UNED. Siempre contribuyendo a la transferencia de la educación y el conocimiento y poniendo por encima de cualquier prioridad a los estudiantes, sus estudiantes… Eres el mejor ejemplo de lo que reflejaba el poeta Agustín Goytisolo en 'Palabras para Julia': Tu destino está en los demás, tu futuro es tu propia vida, tu dignidad es la de todos”.

El profesor, Antonio Medina recogió la medalla, en nombre del profesor José Cardona que no pudo asistir al acto, y también fue el encargado de realizar su laudatio, con su habitual ingenio “Recordar a un amigo, es un problema, porque uno no sabe si está definiendo al amigo o identificándose así mismo con el amigo. Pero ante todo quiero destacar que, en estos momentos en que el compañero está ausente, me siento aplicando la educación a distancia en el sentido más puro y me planteo ¿qué le diré para que, no viéndolo, pueda estar sintiéndolo? El profesor Cardona, no solo se dedicó y construyó un estilo nuevo de ser docente, sino que vivió como docente, lo practicó y puede darnos, desde su docencia un verdadero ejemplo. En la década de los 90, nos sorprendía con un estilo de trabajo fundamentado en la evaluación creativa de los centros educativos. Nos instaba a aprender una forma nueva de entender la evaluación de los centros como una creación de contenidos de saber y de transformar nuestro pensamiento y nuestra acción. El profesor Carmona armonizaba la poesía, la vida y el arte y eso tiene que aprenderlo un docente. Mantenía, que si uno no es capaz de armonizar su vida con un estilo poético que desarrolle una forma nueva de entender nuestra vida… ¿qué vamos a enseñar? Pero sobre todo, el que no tiene inquietud, ¿cómo va a lograr que los estudiantes se entusiasmen con él?”

La distancia no es el olvido

La réplica a sus laudatios, llegó de la mano de los protagonistas. En el caso del profesor Anaya, fue su hija la que tomó, con gran emoción, la palabra, declarándole a su padre que “juntos papá, la familia, éramos indestructibles… un mes hace de tu partida y tengo que reconocer que aún no nos acostumbramos a tu ausencia y creo que no lo podremos hacer nunca, porque sencillamente nos completabas y dabas sentido a nuestra propia existencia”.

Agradecimientos, buenos deseos, cierta melancolía, mensajes de “última hora” como el de la profesora Pérez Serrano, recordando a los que se quedaban que “lo importante de todo, es tener una buena convivencia”, o como el del profesor Gil que declaró guiarse por “el principio de parsimonia”, un principio matemático, como no podía ser de otra manera en su caso, “y por las palabras de Baltasar Gracián: lo bueno si breve, dos veces bueno, por tanto, gracias a todos por acompañarme todos estos años”. El profesor Cardona, agradeció a todos “seguir haciendo comunidad, ayuntamiento… que es igual a universidad” y la profesora Carmen Jiménez, dio las gracias a sus compañeros por “acompañarme en un paso más del camino. Hoy inicio a un tiempo nuevo, un tiempo de júbilo. Una forma de seguir disfrutando del vivir y hasta del 'sinvivir' en algunos momentos”.

José Luis García Llamas, decano de la Facultad de Educación, destacó que “los premios de la Excelencia Académica, es el segundo año que los celebramos en esta Facultad con gran satisfacción. También quiero destacar la relación estrecha, continuada y fluida que mantenemos con la Delegación de Alumnos de nuestra Facultad, a los que agradezco su siempre activa y positiva participación y colaboración con nuestra facultad. Hoy quiero también destacar que el cuerpo de funcionarios se incrementará en seis personas y el de catedráticos en dos, cuatro profesoras interinas, han pasado a contratado doctor permanente, lo que supone una estabilización del profesorado. Hemos publicado la convocatoria de cinco nuevas plazas de profesor ayudante doctor…esto indica que la situación va mejorando, se está incorporando nuevo profesorado y es un dato muy positivo para el futuro. Agradecemos al rector su esfuerzo de gestión con el Ministerio de Educación y con el de Hacienda para que podamos seguir en esta línea. Para finalizar quiero comentar que el tan esperado Grado de Educación Infantil, ha iniciado ya sus pasos definitivos para su implantación, considerándose más acertado -siguiendo la propuesta del Consejo Social de la UNED- su denominación como 'Grado de Maestro en Educación Infantil'. Ya ha sido aprobada la propuesta en Consejo de Gobierno y ahora solo queda enviarla a la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación)”.

Alejandro Tiana, rector de la UNED se mostró muy satisfecho por “asistir a estos actos académicos que dejan muy patente lo que somos y lo que nos une. Unos profesores llegan a su etapa de 'júbilo' y se alejan un poco de nosotros y otros llegan y se incorporan con ilusión a nuestra universidad. Por tanto es un acto de emociones encontradas, la alegría, la ilusión, quizá cierta melancolía…hay un poco de todo, pero lo que prevalece es el trabajo y el esfuerzo brillante y conjunto que todos; los que se alejan y los que llegan, están dispuestos a compartir, porque la universidad funciona como una cadena de eslabones perfectamente engrasados, y cuando algunos nos dejan para ser más y mejores dueños de su tiempo y poder dedicarse a otras inquietudes lo que a nosotros nos queda es lo mejor de vosotros, porque vosotros nos lo habéis querido dar, se lo habéis querido dar a la UNED. Vuestra trayectoria, es nuestra trayectoria. Quiero también manifestaros mi orgullo hacia todos vosotros, porque han sido años difíciles, años de sequía académica… que hemos podido ir sorteando porque lo hemos hecho juntos. Habéis resistido y habéis colaborado para resistir. Pero estoy seguro que todo esto nos ha ayudado a reflexionar sobre lo que queremos hacer… como facultades, como universidad… el futuro hay que ganárselo, estamos inmersos en un futuro muy cambiante y debemos ser conscientes de esto. Somos una universidad con prestigio y debemos seguir luchando entre todos para que esto siga siendo así. Gracias por vuestra lucha”.

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