La profesora emérita del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED, María Victoria del Barrio Gándara, especialista en el campo de las emociones infantiles, ha recibido la Medalla de la Universitat de València, por la que es doctora en Psicología, por su contribución a la creación de la Facultad de Psicología de dicha institución y del Colegio Oficial de Psicología, así como por su ayuda en la generación de líneas de actividad de Psicología Aplicada, la investigación en problemas infantiles y el inicio del programa de prácticas externas de los estudiantes de Psicología. La ceremonia de entrega tuvo lugar a finales del pasado mes de enero en el Paraninfo histórico de La Nau, y estuvo presidida por la rectora de la institución valenciana, María Vicenta Mestre, quien estuvo acompañada por la vicerrectora de Estudios y Política Lingüística, Isabel Vázquez, y la secretaria general de la universidad, María Elena Olmos. La homenajeada, por su parte, estuvo acompañada por la decana de la Facultad de Psicología de la UNED, Ana María Pérez García, y por el profesor Miguel Ángel Carrasco, compañero de departamento de Del Barrio y uno de los más estrechos colaboradores de la profesora. La homenajeada pronunció un discurso en el que defendió la utilidad de la Psicología Aplicada. Su figura fue ensalzada a través de la laudatio de la profesora María Luisa García-Merita, quien destacó uno de los aspectos más relevantes de su carrera: “hacer visible nuestra profesión en la sociedad, implantarla en colegios y hospitales, demostrar que la Psicología podía resolver problemas cotidianos”.
La profesora del Barrio ha manifestado con respecto a la concesión de la Medalla que “es un honor inesperado que me llega después de muchos años de ausencia. Es verdad que he seguido vinculada a grupos de trabajo, de antiguas alumnas, con proyectos de investigación, que siguieron trabajando en los temas que yo inicié sobre los problemas de los niños. Yo he dado a la Universidad de Valencia la primera y esforzada parte de mi vida universitaria, pero el esfuerzo me ha sido devuelto con creces, puesto que me ha dado algo que todo profesor anhela: la estima de mis alumnos. Por eso esta medalla es algo muy especial, puesto que se basa en esa estima duradera que traspasa lo académico y se instala en el corazón”.