El pasado mes de marzo tuvo lugar en las instalaciones de la Fundación 1º de Mayo de Madrid el primer encuentro entre los socios del proyecto. En esta reunión, además de establecer los primeros contactos, se definieron de una forma más específica los objetivos de Mic, cuyo foco recae en los actores y las estructuras organizativas que tienen en sus manos la capacidad de ayudar a los hombres a estar más involucrados en los roles de cuidado y responsabilidades, algo que –según muchos estudios recientes muestran- ellos en realidad desean, pero no lo consiguen por diversos motivos, principalmente organizacionales. Para Teresa Jurado, “las nuevas generaciones de hombres tienen una mayor predisposición a participar en los cuidados, sobre todo en el ámbito de los menores”.
Otra de las características esenciales de este proyecto es que amplía el concepto de “cuidados”, que no se limita al de los menores en el ámbito de la pareja. La atención en MiC se define no solo como “encargarse de las tareas de cuidado”, sino también como "abarcar el apoyo emocional, mostrar afecto, prestar atención a las necesidades de la pareja, las necesidades de los niños y las necesidades de los amigos, ancianos, vecinos, compañeros de trabajo y familiares”, tal y como se señala en los documentos elaborados por el equipo internacional en el encuentro madrileño.
Para ello, MiC trabajará en dos fases, tras las cuales se realizará una evaluación final, en las que, por una parte se identificarán y compartirán modelos de mejores prácticas para lograr un alto nivel de equilibrio entre el trabajo y la vida personal para permitir que tanto hombres como mujeres tengan tiempo y flexibilidad para cuidar a sus familiares y para reducir el sesgo de género en las medidas de apoyo familiar en los sectores público y privado, y por otra se pondrán en marcha talleres y otro tipo de acciones encaminadas a implementar estas buenas prácticas en las empresas y entornos laborales que no las incluyen y para mejorarlas en las que ya las han introducido.