Madrid, 16 de noviembre de 2018

Tres padres corresponsables del estudio, Fernando Fanega,
Iosu Redondo y Nacho Herrera, con parte de sus familias

La UNED ha celebrado una jornada, La conciliación de los padres en las Pymes, para dar a conocer los resultados del trabajo de investigación Fomento del equilibrio laboral y familiar de las empresas, dirigido por la profesora del Departamento de Sociología II Teresa Jurado Guerrero y que se enmarca dentro del proyecto nacional e interuniversitario Implica, del que también es investigadora principal. La sesión de trabajo, que contó con la participación de expertos en la materia provenientes de distintos sectores, así como de tres padres implicados en los cuidados de sus hijos y participantes en el estudio, fue inaugurada por la directora del Centro de Estudios de Género de la UNED, Teresa San Segundo, y por la decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la universidad, Consuelo del Val. Las palabras de cierre corrieron a cargo de Antonio López Serrano, subdirector adjunto para el Emprendimiento, la Igualdad en la Empresa y la Negociación Colectiva del Instituto de la Mujer, perteneciente al Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. Todos ellos dirigieron sus palabras hacia la necesidad de fijar el objetivo en la conciliación corresponsable, más que en favorecer la masculina o la femenina. “Estamos intentando desmoronar la conciliación de mujeres”, afirmó López Serrano, “pues hay que superarla y caminar hacia la corresponsabilidad y la igualdad”.

Y es que los resultados del estudio muestran que seguimos lejos de la igualdad y la corresponsabilidad. Aunque el porcentaje de padres que hacen uso del mismo asciende ya al 80%, otras medidas de conciliación siguen siendo mayoritariamente femeninas. Así, solo un 4% de los progenitores masculinos, frente al 25% de las madres, deciden acogerse a la reducción de jornada. El trabajo muestra además que la primera barrera que deben superar los padres involucrados en la crianza de sus hijos viene de las propias empresas, que frecuentemente no favorecen la aplicación de las medidas necesarias para lograr la conciliación. A ello se añade la reticencia de los padres involucrados a no beneficiarse de permisos no pagados o de jornadas reducidas por miedo a ser penalizados. Sin embargo, apunta el estudio, bajo estos argumentos “se encuentra una actitud tácita que prioriza ganar el pan en lugar de cuidar, y la mayoría de los padres están menos dispuestos a una pérdida de ingresos en comparación con las mujeres”. En otras palabras: los padres están mucho más dispuestos a usar el permiso de paternidad, ya que este se remunera por completo, porque así no se cuestiona su rol de proveedor y se evita la penalización laboral.

La ampliación de los permisos de paternidad ha influido positivamente en el uso de los mismos, aunque la decisión del Tribunal Constitucional de sentenciar que la diferencia temporal respecto a los de maternidad no es discriminatoria “no contribuye a avanzar hacia la igualdad”, tal y como afirmó la directora del Centro de Estudios de Género de la UNED, Teresa San Segundo.

“Tradicionalmente”, explicó San Segundo, “las mujeres se han dedicado a la crianza. Sin embargo, ahora la igualdad está reconocida constitucionalmente e incluso se empieza a aplicar de forma estricta en algunos momentos, por ejemplo en casos de divorcio o separación en lo referente a custodia compartida, vivienda, etc. Este aspecto que podría considerarse positivo esconde una realidad injusta, pues aplica el principio de igualdad sobre una situación de desigualdad en la que la mujer ha renunciado a mucho más que el hombre durante la vida en pareja”. San Segundo fue la primera en hacer referencia a la importancia de la educación en este campo. “¿Qué tenemos que hacer? Avisar a las mujeres jóvenes de que si te dedicas en mayor medida que el otro progenitor a la crianza y cuidado de los hijos, no te lo van a reconocer después en caso de separación”.

En su intervención, la experta en Igualdad opinó que “los permisos de paternidad y maternidad no deben ser compatibles en el tiempo salvo en los primeros momentos tras el nacimiento” siempre y cuando se trate de partos únicos, matizó. “El permiso inicial debería ser para la mujer –para proteger su salud y que se recupere- y después para el padre o segundo progenitor, de forma que se fortalezca el vínculo con él”.

Avanzar hacia la igualdad real y la corresponsabilidad supone derribar una gran cantidad de estereotipos sociales, empresariales y de muy diversa índole. A ellos se refirió la decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, Consuelo del Val: “Cuando se habla de conciliación”, lamentó, “la idea que suele transmitirse es la de una mujer que intenta ser excelente en el trabajo, en el entorno familiar, educando y cuidando de su hijo en una carrera por intentar alcanzar la perfección, lo cual además de imposible es patológico", afirmó. Asimismo, ha reivindicado el papel que tiene la universidad "como agente y motor de cambio".

Esta colaboración entre la universidad, el mundo empresarial y el sector público también fue celebrada por el representante del Instituto de la Mujer del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Antonio López Serrano, quien la definió como “clave” en la consecución de los objetivos fijados por su entidad: “Estamos rompiendo las arquitecturas de los Planes de Igualdad y analizando los resultados que nos remiten las empresas –que los pedimos segregados por sexos- de forma que si las medidas que implantan están adoptadas en su totalidad por mujeres, nuestra valoración no es totalmente satisfactoria”.

De izda. a dcha.: Fernando Fanega,
Iosu Redondo y Nacho Herrera

Tres de ellos participaron en la jornada exponiendo su caso y mostrando que conciliación, en ocasiones, significa hacer partícipe de tu jornada a tu hijo. Iosu Redondo, empleado de Pauma, S.L., una empresa dedicada los servicios sociales en Pamplona, acudió a la charla con su bebé de cinco meses, al que le dedica su tiempo de crianza finalizado el permiso de su pareja y tras acogerse a las posibilidades de movilidad horizontal que le ofrecían en su puesto de trabajo. “Las características de mi puesto, con turnos rotatorios, hacían imposible la conciliación, de forma que me acogí a la movilidad horizontal y ahora desempeño un trabajo con un turno de tarde que me permite coordinarme con los turnos de mi mujer”.

Junto a él, Nacho Herrera, empleado y socio de la empresa cordobesa de software Sopinet, además de padre de dos hijos, afirmó que “soy inmensamente feliz” y “ahora mismo me resultaría imposible hacer lo que hago ahora en otra empresa”: disfrutar de un horario totalmente adaptado a la jornada escolar de sus hijos, con posibilidad de teletrabajar en cualquier momento y de disponer de una bolsa de horas para cuestiones personales. “Hay días que se presentan situaciones personales que no podría afrontar en ningún otro sitio”.

Con todo ello, las conclusiones presentadas por Teresa Jurado, directora del estudio, son claras: “en esencia, las medidas que permiten el equilibrio trabajo-vida deberían estar pensadas para todas las personas empleadas, evitándose así estigmas que dan lugar a las penalizaciones laborales”.

La directora del estudio propone, para mejorar la conciliación de los padres, diversas medidas, como la aplicación de las políticas de conciliación a toda la plantilla, y no solo para las personas con menores, porque la reducción del conflicto trabajo-familia “está en general correlacionada positivamente con el bienestar, salud y productividad de las personas empleadas”.

En segundo lugar, propone darles a las personas el control sobre sus horarios de trabajo, y si esto no es posible, al menos que las medidas de apoyo a la familia no las estigmaticen y penalicen. “Esto solo es posible si los hombres y las mujeres las aprovechan por igual”, añade.

Lo que sí está claro para el equipo de investigación es que las medidas conciliadoras que no aseguran ingresos, tales como el permiso parental no remunerado o la reducción de jornada, son ampliamente rechazadas por los hombres, lo que provoca la estigmatización de las mujeres, que son más propensas a aceptar penalizaciones. Además, la duración desigual de los permisos legales de maternidad y paternidad son una barrera importante para la equidad de género.

Canal.UNED: La conciliación de los hombres en las Pymes (avance)

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