Hubo un tiempo, extensísimo en la Historia, en que la mujer era preparada desde la infancia para convertirse en madre. Era su objetivo único, en todos los territorios y en todos las clases sociales: desde las princesas obligadas a proveer de herederos a la Corona, a los desposeídos, que depositaban en sus vástagos sus hipótesis de prosperidad; desde la vieja Europa, donde brazos infantiles se unían a los adultos para empujar la primera y sucesivas revoluciones industriales, hasta el lejano oeste de las películas norteamericanas donde familias modélicas repoblaban, metro a metro, las llanuras ganadas, metro a metro, a las comunidades nativas; pasando por África, donde las mujeres se afanan en la crianza de esos pequeños amenazados por la desnutrición y la enfermedad; y por los estados MENA (Oriente Medio y Magreb) donde el estatus de una mujer sigue respondiendo al de su marido o sus hijos.
A mediados del siglo pasado la mujer tomó el poder sobre su propio cuerpo, gracias a las medidas de control de la natalidad; alcanzó la independencia económica a la vez que el acceso a la educación y al mercado laboral; y afrontó la difusión masiva y la asunción de las ideas feministas por la sociedad. En ese momento la mujer dejó de nacer para ser madre y el concepto de maternidad cambió. Hoy, bien entrado el siglo XXI, hay mujeres que deciden tener hijos, las hay que no, hay madres biológicas, madres del corazón, madres subrogadas y subrogantes, madres depositarias de culturas patriarcales, madres solidarias; madres negociantes, madres intermediarias…
Y los hijos de todos esos tipos de madres comienzan a verse como un bien escaso y se acuña el concepto de puerocentrismo, el niño como eje de la vida; y el hecho volitivo de la maternidad/paternidad se reclama en tertulias y anuncios publicitarios como un derecho. El grupo de investigación de Familia y Parentesco en el siglo XXI de la UNED llevará al 7º Congreso Iberoamericano de Antropología a todas esas madres, en concepto y en realidades, con cinco estudios de campo que nos permitirán conocer cómo las madres de hoy ya no son como las de antes.