| Impacto de la energía 1. Impacto medioambiental de 
                    la energía. Las sociedades humanas generan un importante impacto en el 
                    medio ambiente, como resultado de sus actividades. La agricultura, 
                    la ganadería y la pesca, la minería, la industria 
                    o los servicios son los responsables de lo que la mayoría de las veces se traduce en un 
                    grave deterioro. En este sentido cabe señalar que la producción 
                    y el consumo de energía generan efectos que se manifiestan en forma de calentamiento global, contaminación atmosférica, 
                    lluvia ácida, contaminación radiactiva 
                    o vertidos de hidrocarburos, entre otros, dando lugar a graves afecciones medioambientales. Para evaluar el impacto de las actividades relacionadas con 
                    la energía debemos tener en cuenta su ciclo completo 
                    y no sólo sus etapas finales. De 
                    este modo, no se debe centrar la atención únicamente en el ámbito 
                    puramente inmediato de los procesos de producción y 
                    consumo, sino que se deben estudiar también las actividades 
                    extractivas que determinadas fuentes energéticas requieren, 
                    el impacto del transporte previo a su utilización, 
                    así como los procesos de tratamiento a que deben someterse 
                    antes de ser utilizadas. Igualmente hay que estudiar no sólo 
                    los focos de emisión de contaminantes a la atmósfera, 
                    hidrosfera y suelos sino que hay que seguirlos hasta su destino final 
                    en los ecosistemas, llegando finalmente hasta el hombre. Todo 
                    ello considerando que sus efectos son susceptibles de extenderse 
                    en el tiempo y el espacio. Subir 1.1. La contaminación 
                    y sus efectos.  Como subproducto de las actividades de producción 
                    de energía se generan contaminantes que afectan a la 
                    atmósfera, la hidrosfera, el suelo y los seres vivos. 
                    Estas emisiones contaminantes tienen una doble naturaleza. 
                    Por un lado existe una contaminación inherente a la 
                    operación normal de los sistemas de producción 
                    y por otro una contaminación producida, en situaciones 
                    catastróficas de carácter accidental. Ambas 
                    deben ser valoradas y reducidas hasta niveles asumibles en 
                    términos medioambientales y socioeconómicos.                   En esencia, se trata de implementar tecnologías que 
                    permitan reducir la contaminación en origen, estudiar 
                    su impacto sobre el medio y la capacidad de éste para 
                    diluir, transferir y asimilar esta contaminación, determinando 
                    los límites por encima de los cuales los efectos pueden 
                    llegar a hacerse irreversibles. Al tiempo se intenta diseñar 
                    estrategias que permitan la recuperación del medio 
                    ambiente de los daños causados. Subir 1.1.2. En la atmósfera. La atmósfera está compuesta por una mezcla 
                    de gases: nitrógeno (78%), oxígeno (21%), dióxido 
                    de carbono (0,04%) y otros gases inertes, en pequeñas 
                    proporciones, como el helio, neón, argón, xenón 
                    y kriptón. También existen cantidades de metano 
                    (CH4) y otras variables de vapor 
                    de agua. Se cree que la atmósfera es el resultado de 
                    procesos químicos y fotoquímicos realizados 
                    a distintas velocidades de escape del campo gravitacional 
                    terrestre. Si se estudia la composición de la atmósfera 
                    en relación con las de otros planetas, resulta especialmente 
                    anómalo el hecho de que la atmósfera esté 
                    tan oxidada y su bajo contenido en hidrógeno. Lo primero 
                    se explica, según algunas teorías, por el efecto 
                    de la fotosíntesis de los vegetales y según 
                    otras por la fotodisociación de las moléculas 
                    de agua. La atmósfera se divide en capas esféricas a 
                    partir de la distribución vertical de la temperatura, 
                    con sus cimas marcadas por pausas: 
                    Troposfera.Estratosfera.Mesosfera.Termosfera. La troposfera es la más cercana a la Tierra y donde 
                    ocurren los fenómenos importantes desde el punto de 
                    vista meteorológico: vientos, anticiclones, depresiones, 
                    frentes, huracanes, nubes de lluvia, etc.; en su parte inferior 
                    conocida como capa límite y que no suele sobrepasar 
                    los 2-3 km se producen principalmente los procesos relacionados 
                    con la contaminación atmosférica. La estratosfera 
                    que se extiende desde los 10 hasta los 50 km es generalmente 
                    muy estable. La mesosfera se extiende hasta los 80 km aproximadamente. 
                    Por último la termosfera llega al límite externo 
                    de la atmósfera y recibe directamente la energía 
                    de la radiación solar y en ella tienen lugar fenómenos 
                    como la aurora. Los agentes contaminantes presentes en la atmósfera 
                    pueden ser de origen tanto natural como artificial. Entre 
                    los primeros cabe destacar los producidos por las emisiones 
                    de polvo y gases de los volcanes, los incendios forestales 
                    naturales, o las partículas salinas dispersas por las 
                    tormentas. Aunque en ocasiones la contaminación natural 
                    ha revestido gran importancia, baste recordar los efectos 
                    del volcán Pinatubo en Filipinas, lo cierto es que 
                    la forma de contaminación que más efecto tiene 
                    en la atmósfera es la de origen humano o antropogénico. La gran importancia que se le da a la contaminación 
                    atmosférica y a su control viene dada por una doble 
                    causa: por un lado su impacto sobre el clima, influyendo en 
                    el efecto invernadero, del que nos ocuparemos después, 
                    y por otro por su comportamiento como vehículo que 
                    transporta los contaminantes a otros lugares, a veces a grandes 
                    distancias y a otros medios como el suelo o el agua. También, 
                    con gran frecuencia, es el lugar donde se producen reacciones 
                    químicas que generan nuevos contaminantes. La dispersión 
                    de los contaminantes emitidos por una determinada fuente, 
                    viene condicionada por factores como la velocidad del viento, 
                    las turbulencias y los remolinos que éste produce y 
                    por las turbulencias térmicas. Otros factores secundarios 
                    son la lluvia, la niebla y la radiación solar. El mayor impacto, y el que más preocupa globalmente, 
                    es el causado por la emisión a la atmósfera 
                    de los gases producidos en la combustión, de la madera 
                    y sobre todo de los combustibles fósiles (carbón, 
                    petróleo y gas).  Tomemos como ejemplo el carbón. Como resultado de 
                    su combustión se generan fundamentalmente: 
                    Gases de efecto invernadero: dióxido de carbono 
                      (CO2). Monóxido de carbono: CO.Gases precursores de la lluvia ácida: dióxido 
                      de azufre (SO2) y óxidos 
                      de nitrógeno (NOX).Vapor de agua.Partículas, incluyendo en ocasiones metales pesados.Compuestos orgánicos. Del mismo modo, la combustión del petróleo 
                    y sus derivados, como la gasolina o el gasóleo, generan 
                    unos resultados que se asemejan a los del carbón. En 
                    ellos se puede disminuir sensiblemente la proporción 
                    de azufre, para reducir la emisión de SO2. 
                    En el extremo contrario se encuentran las emisiones de NOX 
                    más altas, responsables del smog fotoquímico, 
                    tan frecuente en nuestras ciudades. Igualmente es posible 
                    reducir el contenido de metales pesados, plomo, presente en 
                    las gasolinas utilizadas en el transporte terrestre. Un efecto 
                    particular es el causado por las emisiones de la aviación 
                    en la estratosfera, que es como hemos dicho especialmente 
                    estable, pudiendo verse afectada la capa de ozono por las 
                    emisiones de óxidos de nitrógeno.  Las emisiones producidas por la quema de la madera se parecen 
                    a las del carbón y aunque su uso ha decaído 
                    extraordinariamente en el mundo desarrollado, el consumo de 
                    leña sigue teniendo un gran importancia en amplias 
                    áreas de África y Asia. En cualquier caso el 
                    impacto mayor viene causado por la deforestación que 
                    se genera cuando su explotación se hace de forma descontrolada.
 Por último el gas natural se presenta, de forma creciente, 
                    como una alternativa más limpia, que permite reducir 
                    el impacto medioambiental del resto de los combustibles fósiles. 
                    En él resulta más fácil la reducción 
                    en su producción de la cantidad de azufre y partículas, 
                    al tiempo que en la combustión genera CO2 
                    y NOX en cantidades mucho menores 
                    por unidad de energía útil producida.
 La atmósfera, por sí misma, tiende a eliminar 
                    los contaminantes de varias formas: 
                    Lavado.Agregación.Sedimentación por gravedad. Turbulencia.  En el primer caso las gotas de lluvia acarrean los contaminantes 
                    al pasar entre ellos. En la agregación, se unen a las 
                    gotas que forman las nubes y se precipitan luego con ellos. 
                    La sedimentación por gravedad se da en el caso de partículas 
                    grandes (>20 micras) o de otras pequeñas que se 
                    agregan por diferentes razones formando partículas 
                    grandes que se sedimentan. También se produce la bioasimilación 
                    de ciertos compuestos por parte de los seres vivos.  La diferencia entre el ritmo de depuración natural 
                    y el de producción de los contaminantes es la causa 
                    de que los contaminantes aumenten a escala global. Tal es 
                    el caso paradigmático del CO2 
                    , cuya concentración ha aumentado sensiblemente en 
                    los últimos 200 años como efecto de la actividad 
                    industrial. También existen excepciones a esta eliminación 
                    de los contaminantes, especialmente en el caso de compuestos 
                    poco reactivos, cuyo tiempo de permanencia en la atmósfera 
                    puede ser muy largo. Subir 1.1.2.1. Contaminantes 
                    secundarios: la lluvia ácida y el smog foto-químico. Además de los contaminantes que podemos denominar 
                    primarios, se producen reacciones químicas en la atmósfera 
                    que generan nuevos agentes, contaminantes secundarios, que 
                    inciden muy negativamente en el medio ambiente originando 
                    problemas como la lluvia ácida y el smog foto-químico.                   Lluvia ácida es el término que se emplea para 
                    denominar a cualquier forma de precipitación (agua, 
                    nieve, granizo o niebla) que tiene una acidez superior a un 
                    nivel determinado. El nivel de acidez, PH, a partir del cual 
                    se considera lluvia ácida es de 5,5 o inferior. La 
                    acidez normal del agua de lluvia es de 5,6, debido a la disolución 
                    del dióxido de carbono atmosférico en el agua. 
                    Más ampliamente el fenómeno es conocido como 
                    deposición ácida. Las características propias de los ácidos se 
                    deben a la presencia de iones de hidrógeno H+, 
                    formados por un átomo de hidrógeno sin su electrón, 
                    que liberan cuando se encuentran disueltos en agua. Cuanto 
                    mayor es la concentración de iones de hidrógeno 
                    mayor es la acidez, y menor el PH, la variable con que se 
                    mide.
 El análisis de la lluvia ácida pone de manifiesto 
                    la presencia de dos ácidos: ácido sulfúrico 
                    (H2SO4) 
                    y ácido nítrico (HNO3), 
                    en una proporción de dos a uno. Su origen está 
                    en la emisión en la atmósfera dióxido 
                    de azufre y óxidos de nitrógeno. Estos óxidos 
                    se consideran los precursores de la lluvia ácida: liberados 
                    en grandes cantidades en la troposfera pueden transportarse 
                    a grandes distancias y originar en regiones distantes de la 
                    fuente, el fenómeno de la lluvia ácida. El proceso 
                    en esencia es el siguiente: los óxidos de azufre y 
                    de nitrógeno reaccionan en la atmósfera con 
                    el agua y el oxígeno para producir ácido nítrico 
                    y sulfúrico, que se disuelve en las gotas de lluvia 
                    o se absorbe en las partículas presentes para terminar 
                    precipitándose de esta forma en la tierra. Las fuentes de estos contaminantes primarios, precursores 
                    de la lluvia ácida son de carácter natural (volcanes, 
                    incendios forestales y la actividad bacteriana) y antropogénico, 
                    producidos por la actividad industrial y muy especialmente 
                    por las centrales térmicas donde se queman combustibles 
                    fósiles para producir energía. Otra fuente de 
                    naturaleza antropogénica muy importante son las emisiones 
                    producidas por el transporte por carretera, basado en vehículos 
                    propulsados por motores de explosión. La contaminación de origen humano es con mucho la 
                    principal responsable de la lluvia ácida por su mayor 
                    volumen y por la elevada concentración de los contaminantes 
                    en las áreas industriales y urbanas. Además 
                    los niveles de emisión han tendido a crecer con la 
                    industrialización. Los efectos de la lluvia ácida se hacen sentir sobre: 
                    Las aguas continentales, produciendo un descenso del PH, 
                      factor crítico en la supervivencia de los animales 
                      acuáticos, incapaces de sobrevivir en medios tan 
                      ácidos.Las masas forestales, especialmente las coníferas, 
                      que sufren una defoliación y una mayor vulnerabilidad 
                      ante las plagas que las hacen sucumbir finalmente.Las cosechas y los suelos agrícolas.Efectos en las construcciones humanas, sobre todo en ciertos 
                      materiales como la piedra caliza. La lluvia ácida es la responsable de un serio declive 
                    de los bosques de Europa Central y de la acidificación 
                    y consecuente desaparición de la vida en muchos lagos 
                    de Escandinavia. Igualmente ha afectado a extensas áreas 
                    de Norteamérica y Japón. Conscientes del problema, los países industrializados 
                    se hallan empeñados en disminuir las emisiones causantes 
                    de la lluvia ácida. La mayor parte de la responsabilidad 
                    de las emisiones de dióxido de azufre, SO2, 
                    reside como ya dijimos, en las centrales térmicas que 
                    queman carbón y es en este campo donde se están 
                    tomando las iniciativas más importantes:  
                   
                    Se trata de incidir sobre la calidad de los combustibles, 
                      sustituyendo unos tipos de carbón por otros o empleando 
                      otros alternativos como el petróleo o el gas.Se emplean métodos de lavado del carbón, 
                      que tienen el inconveniente de producir una gran contaminación 
                      en las aguas.Se emplean sistemas de combustión como el denominado 
                      de lecho fluido, de arena y caliza, que neutraliza las emisiones.Se instalan torres de lavado de gases (scrubbers),que 
                      hacen pasar los gases producto de la combustión a 
                      través de un spray de partículas de agua que 
                      contienen caliza disuelta y que neutraliza el dióxido 
                      de azufre.Se sustituyen por otras centrales (nucleares o renovables) 
                      que no consumen combustibles fósiles y no generan 
                      este tipo de emisiones. Por último hemos de tratar un fenómeno típico 
                    de las grandes urbes, generado por las emisiones contaminantes 
                    del tráfico urbano y los efectos de las radiaciones 
                    solares: el smog foto-químico. Las ciudades que gozan 
                    de un clima soleado y sufren una elevada densidad de tráfico, 
                    como Los Ángeles o Madrid, se ven especialmente afectadas. 
                    Se origina a partir de los óxidos de nitrógeno, 
                    procedentes fundamentalmente de los tubos de escape, y los 
                    hidrocarburos presentes en el aire. Una vez en la atmósfera, 
                    reaccionan gracias a la energía de la luz solar, dando 
                    lugar al llamado smog fotoquímico. Su componente más 
                    dañino es el ozono troposférico O3, 
                    que lejos de resultar beneficioso como el estratosférico, 
                    que a gran altura nos defiende de las radiaciones ultravioleta, 
                    provoca irritaciones en las mucosas, en los ojos y en el sistema 
                    respiratorio y daña seriamente a la vegetación. 
                    Otro contaminante secundario que también se genera 
                    en este tipo de reacciones es el nitrato de peroxiacetilo 
                    (PAN). Entre las soluciones que se barajan, todas tratan de incidir 
                    sobre las emisiones originadas por el parque automovilístico, 
                    principal responsable del problema:  
                   
                    Obligación de instalar convertidores catalíticos 
                      en los tubos de escape.Instalación de métodos de control por ordenador 
                      del funcionamiento del motor.Desarrollo de mejoras en la mecánica del motor: 
                      sistemas mejorados de inyección, convertidores catalíticos 
                      mejorados, etc.Utilización alternativa de nuevos tipos de motor: 
                      eléctricos, híbridos gasolina-eléctricos, 
                      de pila de combustible, hidrógeno, propulsados por 
                      gas natural, etc. Subir 1.1.2.2. El calentamiento 
                    global: sus causas y efectos. Todos estamos familiarizados con los invernaderos, edificios 
                    con grandes superficies de cristal o plástico que permiten 
                    el cultivo de especies vegetales propias de climas cálidos 
                    en otros más fríos. El principio en que se basan 
                    es el siguiente: el vidrio que forma el techo y las paredes 
                    del invernadero permite el paso de la radiación solar, 
                    que es absorbida por el aire, los objetos que hay dentro y 
                    por la superficie interior del invernadero, siendo emitida 
                    a su vez por éstos en forma de radiación infrarroja 
                    hacia el exterior que a su vez es bloqueada 
                    por el vidrio, de forma que la temperatura en el interior del 
                    invernadero aumenta. El clima de nuestro planeta es un sistema complejo, fruto 
                    de la interacción de la atmósfera, la hidrosfera 
                    (mares y océanos), la criosfera (casquetes polares), 
                    la biosfera y la litosfera, incluyendo los suelos. Por otro lado se sabe que el clima no ha sido algo estático 
                    a través del tiempo. Gracias a las evidencias geológicas 
                    se conoce la existencia de periodos glaciares que se han ido alternando con otros más cálidos. 
                    Entre las causas que se han aducido para justificar esta alternancia se pueden citar cambios cíclicos en 
                    las radiaciones solares, variaciones en la trayectoria e inclinación 
                    del eje de rotación terrestre, etc. Además existen 
                    evidencias de variaciones en la composición de la atmósfera 
                    que pudieron influir en la evolución del clima en épocas 
                    pasadas.  A un nivel planetario, se estima que un tercio de la radiación 
                    solar que incide sobre la Tierra  es 
                    reflejada al espacio, el resto penetra y es absorbida por 
                    el aire, el agua, la tierra y las plantas, convertida en energía 
                    térmica y emitida en forma de radiaciones infrarrojas 
                    que se devuelven a la atmósfera. Los gases como el 
                    dióxido de carbono, CO2, 
                    el metano, CH4, el óxido 
                    nitroso, N2O, y los CFC juegan 
                    un papel análogo al de los cristales del invernadero, 
                    permitiendo el paso de las radiaciones solares, pero cerrándoselo a las radiaciones infrarrojas, originando así un calentamiento de 
                    la atmósfera terrestre. El vapor de agua H2O 
                    es también un gas de efecto invernadero , pero al estar 
                    en la atmósfera en proporciones muy variables no se 
                    conoce con exactitud su contribución total en el proceso. 
                    Los gases antes citados presentes en la troposfera absorben 
                    estas radiaciones. A estos efectos sólo es importante 
                    la troposfera porque la estratosfera está térmicamente 
                    aislada de la parte más baja de la atmósfera 
                    y por tanto de la superficie del planeta.  Este efecto, totalmente natural, lejos de ser perjudicial, 
                    es el que permite la existencia de la vida en la Tierra al 
                    elevar la temperatura, que de otra forma sería del 
                    orden de 33º C, más baja. De esta forma los gases 
                    de efecto invernadero, que como el CO2, 
                    CH4 o el N2O, 
                    o el H2O se encuentran de forma 
                    natural en la atmósfera se convierten en los reguladores 
                    del clima, influyendo según sus concentraciones en 
                    éste. Dentro de este esquema hay que tener en cuenta que el nivel 
                    de CO2 que se encuentra presente 
                    en la atmósfera de forma natural es producto del equilibrio 
                    entre las emisiones naturales y las cantidades de esta gas 
                    que se fijan por lo que se conoce como sumideros de CO2: 
                    la cubierta vegetal y los océanos. Sin embargo el impacto 
                    de la industrialización, en los últimos doscientos 
                    años, ha venido a trastocar este equilibrio: el consumo 
                    de combustibles fósiles, que libera grandes cantidades 
                    de CO2 inmovilizadas en eras geológicas pasadas, es 
                    el principal responsable de que las concentraciones de este 
                    gas hayan pasado de 280 a 360 ppm. Aproximadamente un incremento 
                  del 23%, entre 1870 y 1991.  Adicionalmente el aumento de la población humana 
                    en todo el planeta ha supuesto un crecimiento paralelo en 
                    las necesidades de tierra cultivable, que ha sido la causa 
                    de la la roturación de enormes extensiones de bosque, 
                    generalmente por medio del fuego, sobre todo en los trópicos, 
                    destruyendo así estos sumideros y aportando cantidades 
                    muy significativas de CO2 a la 
                    atmósfera. La comunidad científica cree que de no 
                    tomarse las medidas adecuadas y continuar creciendo al ritmo 
                    actual el consumo de combustibles fósiles y la deforestación, 
                    las concentraciones se duplicarán entre 2030 y 2050. El CO2 es el gas con mayor importancia 
                    en la contribución antropogénica, no natural, 
                    al calentamiento global. Se estima que es responsable de un 
                    60% del total. Le sigue en importancia el metano, CH4, 
                    que supone sobre un 20% y del que se estima que la mitad de 
                    sus emisiones son responsabilidad humana (ganado vacuno, arrozales 
                    y emisiones de gas natural). Al óxido nitroso, N2O, 
                    se le atribuye una responsabilidad del 6% y su origen se atribuye 
                    a los abonos nitrogenados. Finalmente los clorofluorocarbonados 
                    (CFCs), sustancias totalmente artificiales, son responsables 
                  de un 14% del total. 
 Responsabilidad de los distintos gases en el efecto invernadero. Estos incrementos en los gases de efecto invernadero son, 
                    en opinión ya prácticamente unánime de 
                    la comunidad científica, los responsables de la elevación 
                    de la temperatura media del planeta experimentada en las últimas 
                    décadas. Según el informe de 2001 del IPCC, 
                    esta ha aumentado 0,6 ºC 
                    en los últimos cien años. Las predicciones 
                    del IPCC para el año 2100 estiman que la temperatura 
                    global ascenderá entre 1,4 ºC y 5,8 ºC, según 
                    los cálculos. Los cinco años 
                    más calurosos que se han registrado desde 1860, fecha 
                    en que comenzaron a realizarse medidas fiables, han tenido 
                  lugar en los últimos 10 años. Como consecuencia de este aumento global de las temperaturas 
                    se está empezando ya a constatar una reducción 
                    en la superficie de los glaciares de montaña y una 
                    disminución de los casquetes polares (En el Ártico 
                    un 10% en extensión y un 40% en grosor), lo que sin duda acelerará el proceso de calentamiento al reducir el efecto albedo producido por estos. Como resultado 
                    el nivel del mar podría ascender entre 0,1 y 0,9 metros. 
                    Existen otras estimaciones, como las de la NASA, que pronostican 
                    que la subida del nivel del mar será de entre 0,4 y 
                    0,65 metros. En cualquier caso estas subidas del nivel del 
                    mar pueden ser potencialmente catastróficas al suponer 
                    la inmersión de los espacios costeros donde se concentra 
                    un elevado porcentaje de la población mundial. También 
                    se cree que el calentamiento global no será homogéneo 
                    y que será mayor en los polos que en el ecuador, con 
                    lo que se modificará la forma en que fluye el calor 
                    entre estos y se alterarán los sistemas atmosféricos 
                    (borrascas, anticiclones, etc.) lo que podría traducirse 
                    en importantes variaciones en el régimen de precipitaciones 
                    de diversas áreas con la acentuación de sequías 
                    y lluvias torrenciales. Todo ello es de esperar que tendrá 
                    un importante impacto, por ahora difícil de estimar 
                    en los ecosistemas naturales y en las áreas cultivadas, 
                    así como en el aumento de las catástrofes producidas 
                    por causas meteorológicas. Como hemos dicho esta visión 
                    es la m? extendida entre la comunidad científica, con una abrumadora diferencia. Todo ello 
                    gracias al acúmulo de evidencias presentadas por los 
                    climat?ogos, aunque existen opiniones, muy pocas, que todavía 
                    niegan que exista una relación directa entre el aumento 
                    de las emisiones de los gases de efecto invernadero debidas 
                    a la actividad industrial y el calentamiento global. Se aduce 
                    en contra la complejidad del mecanismo del clima y el desconocimiento 
                    de todos los factores implicados como el papel del vapor de 
                    agua, así como la existencia de cambios en el clima 
                    producidos por causas naturales en periodos geológicos 
                    anteriores.  Lo que si est? fuera de toda duda es la gran complejidad 
                    de los factores implicados. Por ejemplo la actividad volcánica 
                    parece ser responsable con la emisión de grandes cantidades 
                    de cenizas a la atmósfera de la formación de 
                    un velo que refleja los rayos del sol. Igualmente las emisiones 
                    de origen antropogénico de aerosoles contaminantes 
                    provenientes de las fábricas, centrales térmicas, 
                    motores de explosión, etc. podrían estar detrás 
                    del fenómeno conocido como oscurecimiento global, consistente 
                    en una disminución de la cantidad de radiación 
                    solar que llega a la superficie terrestre. Algunos científicos 
                    lo relacionan con catástrofes como las sequías 
                    y hambrunas que se produjeron en el continente africano en 
                    los años 80. También se afirma que puede estar 
                    enmascarando aumentos mayores del efecto invernadero. Para terminar hay que decir que los científicos estiman 
                    que los mecanismos que se han puesto en marcha al alterar 
                    la composición atmosférica por la actividad 
                    antropogénica son muy difíciles de detener y 
                    aunque se logre estabilizar la proporción de dióxido 
                    de carbono en la atmósfera, dada la gran inercia del 
                    sistema climático la temperatura del planeta seguirá 
                    aumentando y con ella el nivel del mar durante siglos. Lo 
                    que s? que ser? posible, sin embargo, ser? influir en esta 
                    evolución y hacer que los daños sean menores.Para 
                    ello se han tratado de poner en funcionamiento acuerdos internacionales, 
                    como el  
                    Protocolo de Kioto.  Con el fin de aminorar las emisiones de CO2 
                    de origen antr?ico se barajan distintas alternativas: 
                   Subir 1.1.3. En la hidrosfera. Aproximadamente el 74% de la superficie del planeta Tierra 
                    está cubierto por agua, bien sea que esté en 
                    estado líquido o sólido. La hidrosfera está 
                    compuesta por: mares y océanos, lagos de agua dulce, 
                    mares interiores y lagos salados, ríos, marismas y 
                    humedales, aguas subterráneas, glaciares y casquetes 
                    polares. Estos últimos constituyen la llamada criosfera.                   Los principales efectos contaminantes producidos por la producción 
                    de energía en la hidrosfera se derivan de: 
                    Los vertidos accidentales o no de hidrocarburos ocurridos 
                      durante el transporte en:
                      Desastres marítimos.Averías en oleoductos.Vertidos intencionados por limpieza de tanques, etc. Los efectos de la lluvia ácida sobre las aguas 
                      continentales. Los efectos de la minería y otras actividades 
                      extractivas.La contaminación térmica en las aguas continentales 
                      producida por las centrales productoras de energía 
                      (atómicas y térmicas).Los vertidos de residuos nucleares en los océanos. Los problemas derivados de los vertidos de hidrocarburos, 
                    pueden llegar a ser de enorme importancia, afectando a extensas 
                    áreas, y alcanzando dimensiones catastróficas. 
                    Baste pensar en tragedias como la del Exxon Valdez o más 
                    recientemente del Prestige. Sin embargo, desde el punto de 
                    vista técnico, también pueden ser controlados 
                    con relativa menor complicación, comparados con otros 
                    que afectan a la atmósfera, cuyo alcance es sin duda 
                    mayor a pesar de todo. En muchos casos las soluciones técnicas 
                    existen y se trata de tomar medidas legislativas e impulsar 
                    su eficaz cumplimiento para establecer políticas preventivas 
                    y correctoras que pueden con una adecuada planificación, 
                    disminuir el problema hasta dimensiones controlables o hacerlo 
                    prácticamente desaparecer. Subir 1.1.4. En los suelos y la 
                    biosfera. El suelo no es como podría parecer a primera vista 
                    un medio inerte, que se limita a ser mero soporte de las actividades 
                    de los seres vivos. Constituye un sistema complejo y dinámico 
                    integrado por tres componentes: partículas minerales, 
                    detritus y organismos que se alimentan de esos detritus. En 
                    él se producen procesos biológicos y geoquímicos 
                    fundamentales para el mantenimiento de los ciclos de los nutrientes. 
                    De este modo el suelo provee a las plantas de nutrientes, 
                    actuando también como el medio en el que crecen. En 
                    resumen, de su mantenimiento depende el sostenimiento de los 
                    ecosistemas terrestres y particularmente de los cultivos humanos. Con respecto a los agentes contaminantes, se aprecia que 
                    su pervivencia en el suelo es más larga que en la atmósfera 
                    o la hidrosfera, por lo que con frecuencia son más 
                    difíciles de detectar, factor que ha influido en la 
                    menor preocupación que la contaminación del 
                    suelo ha generado tradicionalmente. Además las diferencias 
                    existentes en los diversos tipos de suelo y su cubierta vegetal 
                    hacen más difícil cualquier intento de generalización 
                    sobre el particular. Entre los procesos de degradación de los suelos inducidos 
                    por las actividades relacionadas con la producción 
                    de energía se encuentran:
 
                    La acidificación.La contaminación por metales pesados y compuestos 
                      orgánicos (hidrocarburos). La primera, consecuencia de la lluvia ácida, de la 
                    que hemos tenido tiempo de ocuparnos, depende de dos factores: 
                    la carga de contaminantes recibida y de la propia sensibilidad 
                    del suelo. Para evaluar el impacto del depósito se 
                    ha creado el concepto de carga crítica, umbral por 
                    debajo del cual no se registran efectos apreciables. Igualmente 
                    es aplicable al segundo tipo de contaminación. Finalmente existen otros impactos sobre el suelo relacionados 
                    con la energía que se derivan de la minería 
                    del carbón, especialmente a cielo abierto, que suponen 
                    la destrucción total de ecosistemas enteros y graves 
                    problemas que no siempre son fáciles de subsanar con 
                    medidas correctoras.
 Los efectos sobre la biosfera pueden clasificarse del siguiente 
                    modo: 
                     Sobre la cubierta vegetal.Sobre los animales y especialmente el hombre. Ambos, animales y plantas, sufren un estrés añadido 
                    causado por la contaminación que los hace más 
                    vulnerables a otros factores ambientales como enfermedades 
                    y parásitos. Lo que provoca que con frecuencia sea 
                    difícil aislar los efectos de un contaminante determinado. Los efectos sobre la vegetación son causados fundamentalmente 
                    por la lluvia ácida y el ozono troposférico 
                    y pueden tomar dimensiones muy graves en algunos lugares, 
                    como ha ocurrido con grandes áreas forestales en Europa 
                    Central y Norteamérica. Un caso especial es el de los 
                    líquenes, asociación simbiótica de un 
                    hongo y un alga, que son extremadamente sensibles a la contaminación 
                    atmosférica, lo que les ha valido el jugar un papel 
                    de bioindicadores de la salud de la atmósfera de un 
                    determinado lugar La interacción de los contaminantes y los animales, 
                    a nivel celular y molecular tienen un especial interés. 
                    En lo que toca a los seres humanos son causantes de problemas 
                    crónicos y agudos: 
                     Enfermedades respiratorias: bronquitis crónica, 
                      enfisema, asma, etc.Cáncer, al producirse una interacción entre 
                      los contaminantes y el material genético, con el 
                      resultado de la producción de mutaciones. Aunque 
                      no está claramente establecida, por la gran diversidad 
                      de los factores implicados, la relación directa entre 
                      cáncer y contaminación atmosférica. Finalmente hay que hacer notar los efectos corrosivos que 
                    los elementos contaminantes tienen sobre los materiales que 
                    componen los bienes de los seres humanos: metales, piedra 
                    y cemento, pinturas, papel, cerámicas, etc. Los contaminantes 
                    más corrosivos son el dióxido de azufre, el 
                    ácido sulfúrico, el ozono troposférico 
                    y el ácido nítrico. Quizá la manifestación 
                    más dramática de este problema sean sus efectos 
                    sobre el patrimonio histórico y artístico de 
                    la Humanidad, visible en muchos cascos históricos y 
                    áreas monumentales del mundo industrializado. Subir 1.1.5. La contaminación 
                    radiactiva. Se pueden cifrar los principales impactos medioambientales 
                    de la energía nuclear en los siguientes puntos: 
                    Peligro de accidente nuclear.Peligro de utilización bélica.Producción de residuos radiactivos.Contaminación térmica de las aguas. El problema más acuciante y el más visible 
                    para la opinión pública, altamente sensibilizada 
                    sobre el particular, es el peligro de un accidente que pueda 
                    producir la liberación incontrolada de altas cantidades 
                    de radiactividad al medio ambiente. En 1979 se produjo el 
                    accidente de Three Mile Island en los EE.UU., el más 
                    grave ocurrido hasta la fecha en el mundo occidental. Se produjo 
                    una fusión parcial del núcleo del reactor de 
                    la central, pero gracias a que las medidas de seguridad existentes 
                    funcionaron supuso un mínimo escape de radiactividad 
                    al medio. Como resultado en el mundo occidental se incrementaron 
                    las medidas de seguridad y se implementaron planes de evacuación 
                    de las áreas adyacentes a las centrales nucleares. Sin embargo, en la década siguiente, en 1986, este 
                    incidente se vio ampliamente superado por la catástrofe 
                    ocurrida en Chernobil, en el territorio de la extinta URSS, 
                    hoy Ucrania. Su impacto sobre el medioambiente, la economía 
                    y la salud de los habitantes de un amplia área de Bielorrusia, 
                    Rusia y Ucrania fue enorme. Como resultado del accidente se 
                    produjo la liberación de grandes cantidades de radiactividad 
                    a la atmósfera cuyos efectos se extendieron y se hicieron 
                    notar por un amplia área del continente europeo. Fue 
                    necesario evacuar de un amplio radio en torno a la central 
                    a centenares de miles de habitantes, a pesar de lo cual un 
                    número indeterminado y muy elevado de personas, especialmente 
                    trabajadores de los servicios de emergencia, quedaron expuestas 
                    a unas dosis muy altas de radiación que se cree que 
                    han causado ya un número muy grande de casos de cáncer.                   Según un  polémico informe 
                    de la OMS (septiembre de 2005) el número de fallecidos 
                    podría terminar llegando a 4000, aunque afirma que 
                    los fallecimientos efectivamente constatados hasta la fecha 
                    no superan los 50. Según este informe el número 
                    de casos de cáncer de tiroides en niños y adolescentes 
                    alcanza los 4000, aunque con un alto nivel de supervivencia 
                    entre los afectados. Otras fuentes, como la organización 
                    ecologista Greenpeace 
                    son bastante más pesimistas y estiman en 67.000 los 
                    fallecidos por causa del accidente en el periodo comprendido 
                    entre 1990 y 2004.  En cualquier caso las consecuencias han sido desoladoras 
                    para el futuro de la región, con grandes extensiones 
                    de terreno inutilizables en mucho tiempo por la contaminación, 
                    una fuerte pérdida demográfica y con la amenaza 
                    pendiente de nuevas fugas procedentes del sarcófago 
                    en que ha sido confinado el reactor nuclear, que al parecer 
                    se está deteriorando. Las causas del accidente estuvieron 
                    en las deficiencias estructurales del reactor, de un modelo 
                    cuyo uso estaba descartado en Occidente por su inestabilidad, 
                    y en los bajos niveles de preparación científica 
                    y técnica del personal implicado, sumados al secretismo, 
                    la opacidad y el desprecio general por la seguridad de la 
                    ciudadanía y el medioambiente de que hacía gala 
                    el sistema soviético, víctima de sus propias 
                    carencias intrínsecas. Más recientemente, el devastador terremoto sufrido en Japón en marzo de 2011 y el posterior tsunami que le siguió provocaron el colapso del sistema de refrigeración de la central de  Fukushima, dando lugar en esta a uno de los más graves accidentes nucleares de la historia (nivel 7, igual al de la central de Chernobil), con fusión parcial incluida del núcleo de varios reactores. Las consecuencias han sido extraordinariamente graves para el medio ambiente (emisiones radiactivas a la atmósfera y al mar) y para la población que tuvo que ser evacuada en un radio de 30 km en torno a la central (más de 170.000 personas afectadas). El suceso ha tenido importantes consecuencias en el debate social en torno a la energía nuclear. Como resultado inmediato de estos accidentes, la confianza 
                    de amplios sectores de la sociedad en la energía nuclear 
                    se ha visto seriamente disminuida, lo que ha supuesto un parón 
                    en los planes previstos de desarrollo de la misma, sobre todo 
                    en los países de la OCDE. Y ello a pesar de que los graves
                    problemas relacionados con el calentamiento global y la inestabilidad 
                  en los mercados de petróleo que se vienen registrando en los últimos tiempos han favorecido la aparición de voces favorables a la reactivación de los programas nucleares.
                   En nuestro pa?, donde el organismo competente en materia de seguridad 
                    nuclear es el  
                    Consejo de Seguridad Nuclear, se ha producido un importante debate en los últimos tiempos, en torno al cierre y la prolongación de la vida activa de algunas centrales (Zorita y Garoña).
                   Otro problema adicional es el originado por el hecho de que 
                    la tecnología nuclear puede ser de doble uso: civil 
                    y militar. La misma tecnología que puede permitir la 
                    creación de centrales nucleares para producir energía 
                    eléctrica con fines pacíficos puede modificarse 
                    para ser utilizada con fines bélicos y constituir una 
                    amenaza para la paz mundial. Aunque es cierto que la industria 
                    nuclear civil no ha estado nunca involucrada en el desarrollo 
                    de armas nucleares, el desarrollo de instalaciones de enriquecimiento 
                    levanta un fuerte recelo internacional. Recordemos el reciente 
                    caso de Irán o el más antiguo de Irak. Otros 
                    países como la India, Pakistán o Israel, que 
                    se han dotado de armamento nuclear, lo han hecho en reactores 
                    de investigación, que no eran de uso civil. Un peligro 
                    relacionado también con conflictos armados , que recientemente 
                    se ha puesto de relieve, es la posibilidad de sufrir atentados 
                    terroristas con potenciales consecuencias catastróficas. Por último, pero no menos importante, es el problema 
                    de los residuos nucleares. Como consecuencia de la actividad 
                    de las centrales nucleares se generan isótopos radiactivos 
                    cuya peligrosidad y larga vida hace que constituyan un serio 
                    problema. Es cierto que hay otras actividades como la industria 
                    o la medicina que también generan estos residuos, pero 
                    son las centrales nucleares las que los originan en mayor 
                    cantidad y de mayor duración.  Los residuos radiactivos se clasifican en tres categorías: 
                    Los dos primeros, presentan menor problemática, por las 
                  moderadas dosis de radiación que emiten. En casos de 
                  muy baja actividad se opta por su dilución y dispersión 
                  en el medio ambiente, sólo en el caso de que ello no 
                  suponga elevar de forma inadmisible la radiactividad natural. 
                  En el resto de casos su tratamiento consiste en depositarlos 
                  en contenedores especiales que se almacenan en superficie, para 
                  después confinarlos en depósitos subterráneos 
                  controlados, en terrenos geológicamente estables. En 
                  nuestro país existe una instalación de este tipo, 
                  El Cabril (Córdoba), gestionada por ENRESA, 
                  Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, con capacidad para 
                  50.000 m3 para este tipo de residuos. Hasta 1992 también 
                  se vertieron en el mar encerrados en bidones especiales, con 
                  el grave riesgo que esto supone en caso de deterioro del contenedor, 
                  ya que una vez vertidos es imposible ningún tipo de supervisión 
                  de su estado.Baja actividad.Media actividad.Alta actividad. El problema más grave lo plantean los residuos de 
                    alta actividad, restos del combustible utilizado en las centrales 
                    y de armamento atómico. Su vida útil puede llegar 
                    a varios cientos de miles de años. Como consecuencia, 
                    tras un periodo de decaimiento, el combustible gastado debe 
                    ser almacenado (ciclo abierto). Existe la alternativa de reprocesar 
                    el combustible usado (ciclo cerrado) y utilizarlo en plantas 
                    especiales, con el fin de utilizar el uranio y el plutonio 
                    presentes en los residuos y disminuir el volumen total de 
                    éstos. En cualquier caso, también el residuo 
                    final debe ser almacenado de forma segura por largo tiempo. 
                    La solución técnica que se maneja es su vitrificación 
                    y almacenamiento en contenedores especiales no corrosibles, 
                    que se emplazarían a gran profundidad, en depósitos 
                    refrigerados de alta seguridad en terrenos de una gran estabilidad 
                    geológica.  En Estados Unidos está ya operativa desde 1999, la 
                    instalación denominada WIPP (Waste Isolation Pilot 
                    Plant) para almacenamiento geológico profundo de residuos 
                    de alta actividad producidos en el programa de defensa y existen 
                    planes para crear una instalación de este tipo por 
                    parte del Departamento de Energía en el emplazamiento 
                    de Yucca Mountain. Países como Francia, Japón 
                    o Reino Unido han optado por el ciclo cerrado y el reprocesado, 
                    mientras que otros como Suecia lo han hecho por el ciclo abierto 
                    y su almacenamiento profundo. Nuestro país ha optado 
                    en la actualidad, por mantener estos residuos en las piscinas 
                    habilitadas al efecto dentro de las centrales nucleares, de 
                    acuerdo con el Quinto Plan General de Residuos Radiactivos, 
                    que retrasa la toma de cualquier decisión hasta el 
                    año 2010. Por último, hay que hacer notar que la relativa corta 
                    vida de las centrales nucleares hace que se produzcan en su 
                    desmantelamiento grandes cantidades de residuos de alta, media 
                    y baja actividad que han de ser tratados por los procedimientos 
                    antes descritos. Subir 1.2. Otras formas de impacto 
                    ambiental.
 Además de todo lo referido hasta ahora existen otros 
                    impactos ambientales derivados de la producción energética. 
                    Son quizá menos importantes globalmente, pero en muchas 
                    ocasiones tienen una gran efecto en el ámbito local.                   Ni siquiera las conocidas como energías renovables, 
                    verdes o limpias están exentas de ciertos costes ambientales. 
                    Entre ellos podemos destacar: 
                    Los derivados de la construcción de grandes centrales 
                      hidroeléctricas.El impacto sobre el paisaje y la avifauna que pueden crear 
                      los parques eólicos.Los problemas de deforestación que el uso incontrolado 
                      de la biomasa puede generar.Los problemas causados por los tendidos eléctricos.La invasión de espacios naturales para hacer realizar 
                      explotacioness petrolíferas. La construcción de grandes embalses para producir 
                    energía hidroeléctrica supone el desplazamiento 
                    de los habitantes de la zona, así como variaciones 
                    en el régimen natural de los cursos fluviales. Como 
                    consecuencia extensas áreas pueden verse afectadas, 
                    viéndose sumergidos por las aguas ecosistemas enteros 
                    y zonas de cultivo. El ejemplo más evidente de ello 
                    en los últimos tiempos es el de la presa de las Tres 
                    Gargantas, en China. Es el mayor proyecto realizado hasta 
                    la fecha con fines energéticos y su construcción 
                    ha implicado el desplazamiento de más de 1 millón 
                    de personas y de más de 140 núcleos urbanos.                   Los científicos cree que la acumulación de 
                    cienos y sedimentos, interrumpida por la gigantesca presa, 
                    puede generar graves problemas que afecten a la vida útil 
                    del mismo e incluso a la navegabilidad del Yangtzé. 
                    Para evitarlo se han tomado medidas que faciliten su salida 
                    por medio de una serie de agujeros en la parte inferior de 
                    la presa y que además permitan mantener el caudal ecológico.  Por otro lado, existe el temor, más que fundado, 
                    de que al represarse las aguas aumente la concentración 
                    de contaminantes en el río, ya de por sí elevada. 
                    Así mismo el proyecto amenaza gravemente la supervivencia 
                    de especies como el esturión chino, auténtico 
                    fósil viviente, que vería reducidas sus áreas 
                    de desove y al escasísimo delfín chino (Lipotes 
                    Vexillifer) del que se cree que pueden quedar unas decenas 
                    de individuos. Para terminar el proyecto inundará importantes 
                    monumentos y yacimientos históricos.  El gobierno chino argumenta que la presa producirá 
                    a partir de 2009 el 10% de la energía consumida en 
                    el país, con un potencial de 17680 MW, y evitará 
                    quemar 50 millones de toneladas de carbón al año 
                    reduciendo así de manera importante las emisiones de 
                    CO2 y de óxidos de azufre 
                    y nitrógeno. Además impedirá inundaciones 
                    catastróficas, muy graves en el pasado, protegiendo 
                    a una población de 15 millones. Los parques eólicos y los tendidos eléctricos 
                    pueden causar, sin las medidas correctoras adecuadas, un importante 
                    impacto sobre las aves, produciendo una elevada mortalidad 
                    de algunas especies de gran envergadura como águilas 
                    perdiceras, imperiales, milanos, cigüeñas, etc. 
                    Se calcula por parte de la Sociedad 
                    Española de Ornitología que son 25.000 
                    las aves muertas anualmente en los tendidos eléctricos 
                    en España. Las muertes se producen sobre todo por electrocución 
                    al posarse las aves en torretas de diseño peligroso 
                    y entrar en contacto con los cables. También, en menor 
                    medida, por el choque con los cables o las palas de los rotores 
                    de los aerogeneradores. Ya existen algunos proyectos que han 
                    permitido reducir en gran medida la mortalidad de especies 
                    protegidas allí donde se han puesto en práctica, 
                    pero aun siguen sin generalizarse en los tendidos más 
                    antiguos y más peligrosos. Por último este tipo 
                    de instalaciones son también responsables de importantes 
                    modificaciones en el paisaje. Los problemas de deforestación asociados con la explotación 
                    de la biomasa se producen cuando se sobrepasa la capacidad 
                    del bosque de regenerarse. Esto ha sucedido muchas veces en 
                    el pasado. No tenemos más que contemplar el estado 
                    de muchos de nuestros montes, afectados por años de 
                    explotación abusiva, sometidos a una fuerte presión 
                    para extraer leña y fabricar carbón vegetal. 
                    Este problema se ha reducido extraordinariamente en los países 
                    desarrollados, donde se practica en general, una explotación 
                    del bosque basada en criterios racionales. Sin embargo subsiste 
                    todavía en muchos países del Tercer Mundo, donde 
                    la biomasa es con frecuencia el único recurso disponible 
                    para la mayor parte de la población. En último lugar se encuentra la invasión de 
                    espacios naturales, sobre todo para crear instalaciones petrolíferas. 
                    Existen múltiples ejemplos en los últimos tiempos, 
                    en la Amazonía ecuatoriana, el Golfo de Guinea, etc. 
                    Pero el de más actualidad, sin duda, es el de la pretensión 
                    del gobierno de los EE.UU. de abrir a las explotaciones petrolíferas 
                    amplias extensiones de la Reserva Ártica, creada en 
                    los años 50 en Alaska y que atesora una valiosísima 
                    fauna ártica. Los efectos en estos casos no se limitan 
                    a los de las propias instalaciones, sino a la creación 
                    de oleoductos, carreteras, etc. que terminan por hacer imposible 
                    la supervivencia de la fauna salvaje.
 Subir  2. Impacto socioecon?ico 
                    de la energía. El funcionamiento de la economía mundial se basa en 
                    el consumo de  energía. Sin ella sería 
                    imposible extraer las materias primas necesarias, ni hacer 
                    funcionar el sistema productivo para generar los bienes y 
                    servicios que la sociedad necesita, tampoco su transporte 
                    ni el de las personas. Gracias a disponer de un suministro 
                    adecuado y suficiente de energía las sociedades desarrolladas 
                    disfrutan de un elevado nivel de bienestar. En principio parece evidente establecer una correlación 
                    entre consumo energético y nivel de vida: los países 
                    más ricos, fuertemente industrializados y urbanizados, 
                    con importantes sistemas de transporte y una fuerte mecanización, 
                    consumen cantidades muy superiores de energía per cápita, 
                    mientras que los más pobres con economías a 
                    veces de mera subsistencia se limitan a actividades primarias 
                    y artesanales y tienen un escaso desarrollo industrial, lo 
                    que se traduce en un bajo consumo energético. Igualmente 
                    en los países ricos se disfruta de múltiples 
                    comodidades en los hogares gracias a disponer de multitud 
                    de electrodomésticos que utilizan importantes cantidades 
                    de energía, mientras en muchos países pobres 
                    millones de personas carecen de acceso a servicicios básicos 
                    como el agua, la electricidad, el teléfono, etc. Estas 
                    diferencias se  ilustran en el siguiente cuadro. TABLA 
                    1 Consumo de Energía Comercial Primaria en el MundoEvolución 
                    por Áreas (Mtep)
  
                    
                       
                        | Área geográfica 
                            /año  | 1987  | 1990  | 1996  | 1997  | Cuota Total %  |   
                        | América del Norte(*)  | 2.095  | 2.231  | 2.471  | 2.490  | 29,3  |   
                        | América del Sur  y Central
 | 253  | 270  | 341  | 357  | 4,2  |   
                        | Europa  | 1.738  | 1.739  | 1.787  | 1.782  | 20,9  |   
                        | Antigua Unión Soviética                           | 1.353  | 1.397  | 923  | 891  | 10,5  |   
                        | Oriente Medio  | 226  | 253  | 340  | 352  | 4,1  |   
                        | África  | 191  | 212  | 249  | 258  | 3,1  |   
                        | Asia y Oceanía | 1.493  | 1.746  | 2.307  | 2.376  | 27,9  |   
                        | Total Mundo  | 7.352  | 7.850  | 8.421  | 8.509  | 100  |   
                        | Países OCDE  | 4.202  | 4.437  | 4.917  | 4.950  | 58,2  |   
                        |  Unión 
                            Europea (15) | 1.266  | 1.308  | 1.395  | 1.389  | 16,3  |  
 (*) Incluye Méjico Fuente: Foro Nuclear, “Energía 1999”
 Sin embargo cabe hacer una matización a la afirmación 
                    anterior ya que un consumo elevado puede también ser 
                    debido a una falta de eficiencia, cuando no al simple derroche 
                    de recursos. De este modo es perfectamente posible obtener 
                    cuotas de bienestar idénticas o superiores con un consumo 
                    de energía inferior, gracias a las mejoras en el ahorro 
                    y la eficiencia energética, que se producen por los 
                    avances tecnológicos y las variaciones en los hábitos 
                    sociales. De hecho el desarrollo de políticas que estimulen 
                    la eficiencia energética se ha convertido en un impulsor 
                    del I+D+I (Investigación + Desarrollo + Innovación), 
                    que puede traducirse en importantes ventajas competitivas 
                    para las empresas y los estados.
 Si nos centramos en la evolución del consumo mundial 
                    de energía primaria desde el término de la 2ª 
                    Guerra mundial, podemos observar como hasta la década 
                    de los 70 se produjo un incremento sostenido, satisfecho gracias 
                    a aumentos correlativos en la producción energética. 
                    Además en este periodo el papel del petróleo 
                    fue creciendo en importancia hasta hacerse dominante: en 1971 
                    el petróleo suponía un 49% del total frente 
                    a sólo un 29% del carbón. El escenario era entonces 
                    el de un fuerte crecimiento económico sostenido por 
                    un consumo creciente de petróleo que se suministraba 
                    a precios bajos.
 Este escenario de precios energéticos bajos tuvo su 
                    final con la crisis energética de 1973. Una crisis 
                    energética se define como un desajuste temporal entre 
                    la oferta y la demanda de energía, lo que genera un 
                    inevitable incremento de su precio. Esta crisis tuvo como 
                    causa inmediata la decisión de la OPEP, organización 
                    que agrupa a una parte fundamental de los países productores 
                    de petróleo, de quintuplicar los precios del petróleo 
                    en bruto, que pas? de 2 a 10 $.  Como consecuencia de la fuerte subida de los precios del 
                    crudo, los países más industrializados, importadores 
                    netos, sufrieron una fuerte disminución en 
                    el crecimiento económico, un aumento del desempleo 
                    y un alza de la inflación que alcanzó tasas 
                    de dos dígitos. Igualmente, como consecuencia del encarecimiento 
                    de los productos energéticos se produjo en ellos un  
                    deterioro en la balanza de pagos con el exterior. Por otro 
                    lado los países menos desarrollados, no tardaron en 
                    experimentar también las consecuencias, por la contracción 
                    que sufrió el comercio internacional y sufrieron un 
                    fuerte empobrecimiento y endeudamiento, al tiempo que los 
                    países exportadores de petróleo aumentaron de 
                    forma muy importante sus ingresos, obteniendo cuantiosos superávits 
                    en su balanza de pagos.  La consecuencia más inmediata de la crisis energética 
                    en las políticas de los países industrializados 
                    fue la toma de conciencia de los gobiernos de la vulnerabilidad 
                    de sus economías, excesivamente dependientes del petróleo. 
                    Hay que tener en cuenta que las dos terceras partes de las 
                    reservas existentes se localizan en Oriente Medio, una de 
                    las áreas más calientes del planeta en términos 
                    geopolíticos. Todo ello supuso un acicate para el desarrollo 
                    de nuevas políticas más favorables, al menos 
                    en teoría, al ahorro, el aumento de la eficiencia energética 
                    y la diversificación de las fuentes de abastecimiento, 
                    con el fin de reducir la dependencia.  En 1979 la Revolución Islámica en Irán 
                    supuso la llegada de un régimen político hostil 
                    a Occidente y la desaparición del mercado mundial de 
                    4 millones de barriles diarios. Ello trajo consigo el alza 
                    de los precios hasta los 40 $ por barril. Con la disminución 
                    del precio del petróleo que se produjo a mediados de 
                    los 80, gracias a la producción de otras ?eas como 
                    México, Alaska y el Mar del Norte, el consumo de petróleo 
                    volvió a una senda de crecimiento pero con tasas más 
                    moderadas. Por áreas, se aprecia en este periodo una 
                    relativa estabilidad en Europa, frente a un fuerte desplome 
                    en los países integrantes de la ex Unión Soviética 
                    tras la caída del muro y un fuerte crecimiento en los 
                    países de Asia y el Pacífico. Los sucesivos conflictos que se han ido produciendo en el 
                    segundo tercio del siglo XX en Oriente Medio (Guerra del Yom Kippur, 
                    Revolución Iraní e invasión de Kuwait) 
                    han tenido su correspondencia en un incremento paralelo de los precios 
                    del barril de crudo. Sin embargo los efectos de estos acontecimientos 
                    han sido m? moderados en intensidad y duración 
                    comparados con el alza sostenida que se viene experimentando 
                    en los últimos tiempos. En la actualidad el precio del barril 
                    ya supera los 70 $.  
  Evoluci? del precio del barril en $.Fuente: 
                    Wenceslao Mart?ez del Olmo. 
                   Las fuertes subidas registradas se atribuyen a diferentes causas, algunas 
                    de ellas coyunturales como la  escalada bélica 
                    sufrida en Irak o las revoluciones árabes de los últimos tiempos. Sin embargo no es posible obviar el importante 
                    papel que puede jugar a medio y largo plazo el aumento de 
                    la demanda en las economías emergentes de Asia, China 
                    e India fundamentalmente. Estos países, que no hay que olvidar, suman una tercera 
                    parte de los habitantes del globo, están experimentando 
                    un fuerte desarrollo en todos los aspectos, que afortunadamente 
                    les está llevando a dejar atrás la pobreza en 
                    que se encontraban. Lógicamente este desarrollo lleva 
                    aparejado el que fracciones cada vez mayores de su población 
                    accedan a comodidades que aquí son frecuentes, pero 
                    que allí no están en absoluto generalizadas, 
                    tales como el uso de vehículos particulares o algo tan elemental 
                    como la electricidad doméstica. Todo ello hace suponer, 
                    con todo fundamento un incremento de las demandas energéticas 
                    aun mayor en el futuro. Éstas generarán, sin 
                    duda, nuevas tensiones en el mercado.  A pesar de que las reservas de petróleo crecieron 
                    en los últimos 25 años del siglo XX de 90.000 
                    millones de toneladas a 140.000 (BP Statistical Review) y 
                    que se han producido grandes avances en las técnicas 
                    de exploración y producción de hidrocarburos, 
                    muchos expertos albergan serias dudas sobre la posibilidad 
                    de que se pueda satisfacer en los próximos años 
                    las nuevas demandas a precios accesibles. De hecho en los a?s 50, un ge?ogo norteamericano llamado 
                    M. King Hubbert predijo, bas?dose en las estad?ticas, que 
                    la producci? petrol?era en los EE.UU. alcanzaría un punto 
                    m?imo en los 70 para empezar a decaer inflexiblemente a partir 
                    de entonces. El tiempo le dio la razón. Las causas 
                    de su acierto radican, de manera sucinta, en que el ritmo 
                    al que crece la explotaci? de los yacimientos para cubrir 
                    la demanda creciente es superior a aquel en que lo hace la 
                    exploraci? y descubrimiento de nuevas reservas. Para terminar 
                    de complicar el panorama, hay que a?dir las incertidumbres 
                    que genera el hecho de que las 2/3 partes de las reservas 
                    mundiales de petróleo se encuentran concentradas en 
                    Oriente Medio, escenario de frecuentes conflictos internacionales 
                    y de tensiones bélicas constantes.  En el caso del gas natural y del carbón la situación 
                    es algo mejor, con reservas estimadas de 150 billones de metros 
                    cúbicos del primero y suficientes para satisfacer la 
                    demanda actual del segundo durante 200 años. Adem? 
                    est? m? repartidas por el planeta. Esta situaci?, de agotamiento de las reservas, lleva a muchos 
                    expertos a pronosticar que el modelo energético actual 
                    basado en el consumo de combustibles fósiles va a entrar en una 
                    fuerte crisis en un horizonte nada lejano, cuando la demanda 
                    sobrepase a las posibilidades de la oferta. A ello que hay que añadir los gravísimos problemas tratados en puntos anteriores relacionados con el calentamiento global. En cualquier caso las implicaciones econ?icas y geopol?icas 
                    que se derivar? del fin de este ciclo basado en el petr?eo, 
                    especialmente cuando empiece a visualizarse con claridad el 
                    final, son hoy por hoy una inc?nita.  Para saber más:  Art?ulo 
                    del especialista de Repsol YPF Wenceslao Martínez del 
                    Olmo, en Madrid+D
 Subir 3. Bibliografía DELÉAGE, Jean Paul. La energía: tema interdisciplinar 
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                    p. ISBN 0-595-33929-8   Subir Última actualización: 
                    31/03/16
                    . 
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