- Actualmente usted forma parte del proyecto de investigación POSTDATA. ¿Cuál es exactamente su cometido?
- El proyecto POSTDATA tiene como finalidad el estudio y análisis computacional de la poesía. En mi caso, formo parte del equipo que trabaja en Procesamiento de Lenguaje Natural aplicado a poesía, es decir, crear programas informáticos que sean capaces de procesar textos poéticos para extraer automáticamente información, características lingüísticas o rasgos estilísticos. Por ejemplo, ¿en qué tipo de estrofa está escrito este poema? ¿Es un soneto? ¿Es un romance? ¿De qué habla este poema? ¿Qué personas o lugares aparecen mencionados en él? ¿Qué figuras literarias aparecen?
- ¿Resulta fácil y funcional investigar en un equipo tan multidisciplinar, formado por ingenieros, lingüistas, filólogos, etc.? ¿No es complicado combinar las distintas metodologías de todas esas áreas?
- Sencillo no es, pero es muy necesario y tremendamente enriquecedor. Como lingüista, me resulta interesantísimo y muy valioso ver cómo un matemático se enfrenta a un problema lingüístico, por ejemplo. Y viceversa: creo que el conocimiento lingüístico que traemos quienes nos dedicamos a las humanidades tiene mucho que aportar a los retos que se abordan en disciplinas tan (aparentemente) alejadas como la ingeniería. Quizá esa dificultad para trabajar con personas de otros gremios y disciplinas sea solo falta de costumbre. Al fin y al cabo, la especialización consiste en saber cada vez más de un área de conocimiento que cada vez es más pequeña y específica: al final, uno acaba acostumbrándose a trabajar siempre con personas que provienen de su mismo ámbito de especialización y por eso nos resulta marciana la idea de trabajar codo con codo con alguien que viene de lo que consideramos las antípodas de nuestra disciplina. Las cajitas en las que fragmentamos el conocimiento (esto es matemáticas, esto es biología, esto es lingüística) son útiles, pero resultan limitantes o insuficientes cuando nos enfrentamos a ciertos fenómenos. La lengua es un fenómeno complejo que atañe a lingüistas, pero que también se aborda desde la biología, la psicología, la matemática, la logopedia, la neurología o la ingeniería. Como objeto de estudio, la lengua es bastante escurridiza y parece que se resiste a ser encorsetada en una sola cajita. Así que es necesario (y muy iluminador) aunar esfuerzos desde disciplinas distintas.