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LECTURAS DE FILOSOFÍA PRÁCTICA CONTEMPORÁNEA

Curso 2014/2015 / Cod.30001499

LECTURAS DE FILOSOFÍA PRÁCTICA CONTEMPORÁNEA

CONTEXTUALIZACIÓN

 

Husserl, Heidegger, Ortega, Gaos, Gurwitsch, Zambrano, Gadamer, Jonas, Arendt, Rodriguez Huéscar, Rorty, Vattimo y Muguerza son nombres que no necesitan mayor presentación para un alumno que quiere realizar un máster en filosofía. Todos ellos han ocupado un lugar importante en algunos de los debates señeros que ha habido en la filosofía del XX. Es más, si buceamos un poco, es posible ver los hilos explícitos y secretos que unen, como racimos de cerezas, algunos de sus filosofemas más importantes. Husserl, el padre de la fenomenología, fue el maestro de Heidegger y Gurwitsch, y no es exagerado decir que tuvo una amplia recepción en la mayoría de los otros nombres que aparecen en esta lista. Lo mismo, o incluso más, podría decirse del propio Heidegger, que fue mentor directo de Gadamer, Jonas o Arendt y, a través del primero de ellos, inspiró grandemente las ideas de Vattimo y Rorty. Por otra parte, Ortega, sin lugar a dudas la figura más importante del pensamiento contemporáneo hecho en español, bebió grandes tragos de las fuentes fenomenológicas y hermenéuticas abiertas por los dos gigantes alemanes, transmitiendo ese modo de pensar a sus discípulos de la llamada ‘Escuela de Madrid’: Gaos, Zambrano y Rodriguez Huéscar, entre otros. Así mismo, Javier Muguerza ha reconocido siempre ser deudor de un aire de “familia orteguiano” vinculado al magisterio, aunque no sólo, de Huéscar y Aranguren. Y a pesar de que la recepción de Ortega en la filosofía española sufrió, desgraciadamente, una amplia quiebra con motivo de la Guerra Civil y el posterior franquismo, lo cierto es que algunas de las tesis más interesantes de Muguerza pueden avecindarse, sin ningún tipo de violencia, a los planteamientos sostenidos por cierta hermenéutica radical en la que también cabría situar al Ortega más maduro o a José Gaos. Así mismo, creo que esta confluencia filosófica y personal de autores hispanos, alemanes, estadounidenses o italianos nos muestra que el pensamiento contemporáneo hecho en español, tanto el de la época de Ortega como el más actual que representa Muguerza, no fue nunca un casticismo en el sentido provinciano de la expresión, sino un esfuerzo intelectual que trataba y trata de acoger, pensar y crear a partir de la propia realidad y de lo mejor de la tradición filosófica occidental cuajada en cada momento. El trabajo en esta asignatura quiere también reivindicar eso, la pertenencia del pensamiento del siglo XX hecho en español al tronco de semejante tradición. Y lo hará siguiendo la aguja de marear de la filosofía práctica de los autores citados, y más en concreto, la que tiene como eje el problema del fundacionalismo en ética y filosofía política. Expresado de otra forma, ¿es posible encontrar un fundamento de nuestras tesis morales o políticas que nos de acceso a algún tipo de universalismo en ambos campos o hemos de conformarnos con menesterosas justificaciones contextuales que varían con el tiempo y el lugar? ¿Hasta dónde puede llegar la argumentación en el ámbito de la filosofía práctica? ¿Existe un suelo rocoso al que podamos engancharnos y que con paciencia y buena voluntad nos permita llegar a acuerdos más allá de los propios prejuicios o, por el contrario, esa vieja aspiración se ha mostrado como una quimera que en muchas ocasiones ha contribuido a crear, en el mejor de los casos, un desagradable paternalismo hacia los otros, y, en el peor, ha auspiciado la violencia de un “obligadlos a entrar” secularizado?