Las emociones que experimentamos no constituyen procesos aislados, al margen del resto de la actividad mental de la persona. Por el contrario, su dinámica se engrana con la de otros procesos psicológicos, entre los que destacan los de índole cognitiva. El estudio de las relaciones afecto-cognición, en especial el referido a los antecedentes cognitivos de la emoción y a las consecuencias cognitivas del afecto en funciones tales como la atención, el recuerdo de información o la toma de decisiones, constituye en la actualidad un tema central de investigación en ciencia afectiva.
En el programa de la asignatura se tratan de forma detallada este tipo de interacciones, siguiendo como hilo conductor las técnicas y métodos de investigación empleados en cada caso. De este modo, en un primer bloque se estudian los efectos que los sentimientos y estados afectivos provocan en las distintas funciones de nuestro sistema cognitivo. Desde tiempo inmemorial, filósofos y psicólogos se han preguntado cómo y por qué los sentimientos y emociones que experimentamos llegan a influir sobre nuestros recuerdos, pensamientos y juicios. Las emociones colorean virtualmente todos los aspectos de nuestras vidas, y en la actualidad se entienden como un atributo integral de la cognición. En general, los fenómenos afectivos, aun cuando no sean intensos, influyen de manera notoria en la organización y dinámica de los procesos cognitivos. En grado variable, la emoción determina a qué prestamos atención, qué decidimos hacer, qué recordamos y como interactuamos con otras personas.
En un segundo bloque temático se hace hincapié en el análisis de los efectos de la cognición sobre la emergencia, desarrollo y modulación de las emociones. Por una parte, en él se estudia la inteligencia emocional entendida como la habilidad para percibir, comprender, asimilar y regular las propias emociones y las de los demás. Por otra, se tratan de manera específica los fenómenos de regulación emocional cognitiva. El ajuste y modulación de las emociones a través de las cogniciones está inextricablemente asociado con la vida humana. Los procesos cognitivos nos ayudan a regular nuestras emociones y a evitar vernos desbordados por la intensidad de las mismas; por ejemplo, durante o después de experimentar un acontecimiento vital negativo o estresante.
Por último, en un tercer bloque temático se estudia la interacción afecto-cognición desde el área de la neurociencia. Los resultados obtenidos en este ámbito de investigación evidencian un amplio solapamiento de los sistemas neurales implicados en el desarrollo de los procesos afectivos y cognitivos. Este solapamiento nos proporciona indicios relevantes acerca del modo en que interactúan ambos tipos de procesos. En este apartado se hace una introducción a las técnicas y métodos de estudio de los correlatos neurológicos de ambos tipos de procesos. En él se estudian tanto los protocolos de exploración neuropsicológica como los rudimentos de las técnicas actuales de neuroimagen estructural y funcional.
