La sociedad del conocimiento demanda a los ciudadanos un proceso de formación continua con objeto de mantener sus competencias actualizadas, y asi poder dar respuesta a las demandas del entorno. Se hace necesario abordar, en el marco de la sociedad del conocimiento y la información, las cuestiones acerca de la formación permanente, para responder de forma inmediata y oportuna a los retos derivados de la innovación tecnológica en las diversos contextos y formas de generación y transmisión del conocimiento. La sociedad del conocimiento requiere innovaciones y cambios valiosos en las estilos tradicionales de formación, en la producción, comunicación y la transmisión creativa de la información, y, teniendo en cuenta, los procesos de acceso a los servicios tanto públicos como privados. El bienestar de los ciudadanos, el dinamismo de la economía y la profundización en la participación democrática dependerán, en gran medida, de la forma en que las sociedades avanzadas incorporen estos cambios y asuman las transformaciones sociales que conllevan. Advertimos que estos cambios deben tener en cuenta las dimensiones antropológicas esenciales, aquellas desde las que fluyen los valores permanentes, y que se validan en la justicia social, la libertad y la solidaridad.
Los procesos de acreditación profesional se establecen para dar respuesta a las demandas de las personas y de las empresas en una sociedad que está en permanente proceso de cambio e innovación. Las acreditaciones profesionales orientan la formación necesaria para satisfacer las demandas de cualificación de las organizaciones productivas, así se permite la adecuación entre la oferta y la demanda en el contexto del mercado laboral, y se potencia el nivel del aprendizaje permanente, después, claro está, de finalizados los períodos educativos establecidos.
Los continuos cambios educativos, sociales, económicos y tecnológicos han ocasionado que la educación permanente en la actual Sociedad del conocimiento y de la información se haya convertido en un elemento de mejora y perfeccionamiento de las personas en los diferentes ámbitos educativos formales, no formales e informales. Estos cambios están potenciando que la escuela y las instituciones profesionales de formación hayan dejado de ser entendidas como el único entorno monopolizador del conocimiento. Actualmente surgen nuevos contextos de formación que facilitan una educación a lo largo de la vida. Debemos identificarlos, valorarlos y desarrollar pautas de actuación para la planificación de la formación en contextos de enseñanza-aprendizaje de calidad; se trata de la facilitar la mejora de los procesos de educación permanente basada en principios organizativos y metodológicos coherentes con el contexto.
Se requiere conocer el estatuto antropológico y, además, las tecnologías de la información y la comunicación, y los modos de trabajo en equipo que desarrollen una cultura corporativa. Las organizaciones formativas deben motivar, a través de los procesos de aprendizaje significativo a lo largo de la vida, la formación de la conciencia de los ciudadanos. El espíritu crítico debe profundizar en el análisis de las necesidades y problemas que se planteen en la sociedad, para saber aplicar las ayudas oportunas a las nuevos retos del desarrollo sostenible, con responsabilidades éticas.
La globalización es un fenómeno importante para el desarrollo de los pueblos a través de procesos de diálogo y consenso, como son las alianzas, negociaciones, acuerdos y participación del mercado mundial. Esta globalización contribuye al progreso de los países de forma forma general pero si los procesos de desarrollo están dictados de forma injusta pueden derivar en la marginación de grandes sectores sociales. La educación permanente ha de contribuir al equilibrio necesario entre el desarrollo global y el desarrollo local. El protagonismo de las comarcas y municipios es conveniente. El desarrollo local es aconsejable al menos en tres acciones importantes: la formación de los recursos humanos, el estímulo para el desarrollo y la creación de empresas y el fomento de la innovación. La formación innovadora y permanente en un componente básico para la planificación de las actuaciones locales de desarrollo local y el empleo.
La educación tiene que ser un proceso continuo, dinamizador, creativo e innovador que facilite un proceso de aprendizaje permanente para dar respuesta a las nuevas demandas humanas, sociales, laborales, y culturales, fomentando los valores permanentes, y la investigación e innovación para la creación de espacios de enseñanza y aprendizaje de calidad en los diferentes contextos formativos.
No tenemos duda alguna que al finalizar el estudio de esta asignatura tendremos los conocimientos y competencias necesarias, además de los esquemas intelectuales que nos permitirán identificar, comprender, interpretar, y demostrar, las categorías, variables y factores principales de los espacios o entornos formativos donde la educación permanente tiene lugar.
