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Un desgaste físico, sí, porque organizar algo de estas características no es tarea de unos días...

» Me llevó, por lo menos, tres meses… Al principio, de una manera muy dilatada; pero poco a poco todo se van concentrando, y hay días que los pasas enteros pendiente de llamadas, de pedir datos, de confirmaciones, de organizar el soporte técnico, de la infraestructura, de la disponibilidad del centro, de ajustar horarios para todo,... Vamos, que es una labor complicada, pero la he hecho encantado porque es algo que me gusta y que quería devolver. Y si se ha creado historia haciendo esta iniciativa dentro del mundo universitario, pues mucho mejor.

Ignacio Quintana es Licenciado en Bellas Artes e Investigador en Historia. Recientemente ha obtenido el DEA en el Departamento de Historia Antigua de la UNED. Por este motivo, todo lo ve con una perspectiva histórica.

» Y aún así, en mis clases de Historia Antigua también contaba algo sobre el graffiti, porque delimita territorios, es una forma de manifestación de grupos, de pequeños clanes, de manifestaciones de poder. Y es algo que está dentro de mí, y que formará parte de mí, siempre.

Esto nos hace plantearnos si, ahora que es profesor, sigue realizando graffitis:

» No, ya no. Yo entré en la Facultad siendo graffitero. Durante la facultad me mantuve siendo graffitero, pero ya para ganar dinero; y luego ya salí como artista plástico. A partir de entonces estuve haciendo exposiciones, pero ya de otro tipo. Pero siempre está presente el trazo caligráfico del graffiti, la espontaneidad. No me gusta considerar mi arte como un objeto artístico. Quizá por eso, por lo efímero del graffiti, lo que implica ver ese componente en una pared que no se puede extrapolar a una galería… Todos esos conceptos todavía siguen vivos en mí y en mi obra.

La cultura del hip hop está plenamente presente en la sociedad, aunque no lo parezca a primera vista. Como manifestación artística, está ahí, expuesta en el mobiliario urbano. Además, los graffiteros buscan lugares muy visibles, ya que buscan precisamente esa presencia en la urbe, ser recordados y vistos. En opinión de Nacho, todo el mundo asimila esta cultura, aunque algunos de una manera y otros de otra:

» Si perteneces a ese ámbito, lo percibes de una manera, conoces sus reglas, conoces sus mecanismos, sus símbolos, su ideología; compartes música, compartes indumentaria. De entre los que son ajenos a esto, algunos lo perciben como obras artísticas, y otros como una manifestación ilegal, vandálica, destructiva y que habría que prohibirla. Pero hay que hacer entender a la gente que, efectivamente, algunas facetas del graffiti son manifestaciones pseudovandálicas, pero porque los jóvenes que se meten en esto quizá no conocen esas bases o esa historia, o quizá la motivación que deben tener es otra.



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