Logo de la UNED

Madrid, 2 de noviembre de 2018




La UNED estrena el Máster en Estudios de Género, a los 170 años de la declaración feminista de Séneca Falls


Foto

Se inauguraba el Máster en Estudios de Género de la UNED y el salón de actos de Educación acogía a hombres y mujeres que, desde las disciplinas más diversas, aportan su punto de vista en la construcción de una Academia más igualitaria, más inclusiva y por tanto, más justa y democrática. Ellos, decanos, profesores, investigadores; ellas, directoras de centros, catedráticas, profesoras, investigadoras, pas…, todas curtidas en eruditos debates en torno al Feminismo y en pequeñas y grandes batallas en contra de cualquier techo de cristal. Salvado el muro de la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), los 50 alumnos y alumnas seleccionados ya tenían a su disposición materiales, profesorado y todo el conocimiento destilado para aprender la esencia del feminismo. Por eso en el salón de actos de la Facultad de Educación fluían las sonrisas y se hablaba con cariño del trabajo realizado, con ilusión del que empezaba en ese momento y con atención y respeto de las distintas razones u opiniones que se cruzaban entre la mesa y la audiencia. Por eso y, quizá, porque la Historia nos regalaba el 170 aniversario de una de las primeras declaraciones feministas y sufragistas, la Declaración de Sentimientos y Resoluciones de Seneca Falls.



“Este máster era muy necesario, como demuestra la buena acogida que ha tenido, tanto en España y en Europa como en Iberoamérica: en julio ya habíamos recibido más de 300 solicitudes para 50 plazas; ni siquiera hemos abierto plazo de matrícula en septiembre y aún ahora siguen llegándonos correos para interesarse por él”. Teresa San Segundo, coordinadora del Máster en Estudios de Género, directora del Centro de Estudios de Género y profesora de Derecho, se mostraba orgullosa de programa que acaba de estrenar en la UNED. A su derecha, el rector en funciones, Ricardo Mairal, orgulloso también porque asistió al nacimiento y gestión del programa cuando era vicerrector de Investigación. Y en el otro extremo de la mesa, una oradora de lujo, Amelia Valcárcel, catedrática de Filosofía de la UNED, doctora Honoris Causa por varias universidades, reelegida recientemente miembro del Consejo de Estado y referente imprescindible del feminismo, de su historia, su actualidad y los retos de futuro en todas las áreas geográficas, en todas las culturas, de Oviedo a México, del Islam al Romanticismo y del debate de vanguardia a los logros ya inamovibles.

Foto




San Segundo calificó de honor la dirección del master y recordó a los desaparecidos, Pedro Fernández Santiago y Paloma García Picazo, que formaron parte del equipo impulsor y gestor del programa desde sus inicios. Señaló el interés social que los estudios de género tienen para la comunidad ya que inciden en la defensa de los Derechos Humanos, en concreto en el principio fundamental de igualdad de todas las personas. “Entendemos que la perspectiva de género debe estar presente en todas las materias”, aseguró y con tal planteamiento han elaborado un master con gran flexibilidad capaz de adaptarse a las necesidades laborales o intereses de los estudiantes. La violencia de género, la discriminación salarial, la atención a mujeres y sus hijos en riesgo de exclusión, la educación en igualdad desde la infancia, el asesoramiento de adolescentes, la promoción y premio de buenas prácticas, las leyes, la detección, mediación y solución de conflictos, la historia del feminismo, sus retos, sus protagonistas…

Foto

Todo ello tiene cabida en la formación y la investigación de quiénes van a seguir este máster, compuesto por unos “estudios revolucionarios, porque cuestionan las bases sobre las que se han cimentado muchas estructuras sociales, introduciendo parámetros de justicia”. Y que ella retrató así: “somos un equipo dispuestos a romper con los estereotipos y roles tradicionales en las distintas titulaciones, somos 47 docentes en un programa con 28 asignaturas, repartidas en dos cuatrimestres, 6 troncales y 22 optativas, de las cuales se deben elegir 5”. Tal diversidad de opciones permite el ajuste total del estudio al interés del estudiante.



La larga, dura y hermosa lucha feminista

Foto


La conferencia de Amelia Valcárcel, mujer de muchos trabajos que, desde su cátedra, avala el sello feminista de la UNED, cautivó a la sala. “Ninguno de nosotros, se declare feminista o no, sería capaz de vivir en una sociedad de hace 90 años. La encontraría terriblemente acongojante y se sentiría bastante desencajado”, reflexionó, y todas viajamos en el tiempo imaginándonos vestidas con polisones y miriñaques, pendientes del hombre –padre, hermano, marido- que gestionaba nuestra hacienda, organizaba nuestra vida cotidiana y emocional y nos mantenía sujetas a su servicio. “La Declaración de Séneca Falls apareció en 1848, una año en el que pasaron varias cosas divertidas, como la publicación del Manifiesto Comunista”, y nos volvió a incitar al viaje, esta vez hacia un pequeño pueblo del estado de Nueva York, donde 300 mujeres y 40 hombres se reunieron para reivindicar la presencia y la actividad de la mujer en la vida social, económica, política, cotidiana y emocional de la época.


El espíritu reivindicativo de aquellas pioneras del XIX conquistaba el salón de actos de Educación en la voz de Valcárcel: “fíjense qué extraña manera tienen de contarlo, pero cuánto nos va a sonar. Todas las leyes que impidan que la mujer ocupe en la sociedad la posición que su conciencia le dicte, o que la sitúen en una posición inferior a la del hombre, son contrarias al gran precepto de la Naturaleza y por lo tanto no tienen ni fuerza ni autoridad. ¿Y cuál es el gran precepto de la Naturaleza? La Ley de la Naturaleza es coetánea con la humanidad y fue dictada por Dios, tiene evidente primacía sobre cualquier otra, es obligatoria en toda la Tierra, en todos los países y en todos los tiempos. Ninguna ley humana tiene valor si la contradice y aquellas que son válidas derivan toda su fuerza y toda su autoridad mediata e inmediatamente, de ella”.


La profesora defendió el recurso al argumentario clásico cuando se abordan nuevas discusiones, nuevas investigaciones “porque en estos textos declarativos aparece la felicidad como algo de facto perseguible, como una especie de derecho asumible y la idea de que los estados deben tener como fin preparar la felicidad de quienes los forman”. “En las sociedades abiertas, como la nuestra, donde se admite la igualdad entre varones y mujeres, sabemos de sobra que esta es una igualdad declarativa, que dista de ser una igualdad real. No sabemos siquiera cómo aterrizaríamos en igualdades reales”, aseguró, “pero lo que sí sabemos es que no se puede ser demócrata sin ser feminista”.

Foto

Género versus feminismo

Foto


Durante la conferencia, titulada “Perfeccionar la democracia: Estudios de género y políticas feministas”, Valcárcel estableció, entre otros conceptos esenciales, la diferencia entre género y feminismo, “durante muchos años género fue un eufemismo para evitar decir feminismo. Decíamos estudios de género para no decir estudios feministas porque el término resultaba especialmente arisco. La palabra feminismo empieza a tener buen crédito no antes de los años 90 del siglo pasado. Pero si pensamos que el término democracia no adquiere el crédito que ahora tiene hasta 1950, eso no nos tiene que asustar. Ese crédito adquirido no se consigue sin el trabajo sistemático y continuo de personas son feministas y que luchan por alcanzarlo. Estudios de género quiere decir que en cualquier esfera de la realidad en la que varones y mujeres están implicados podemos calcular si hay una actividad diferenciada y si esa es vejatoria. El feminismo es un principio declarativo, como el leído de Seneca Falls, que implica que toda esta diferencia si es injusta, debe ser abolida”.

Amelia Valcárcer planteaba si realmente hay políticas de género. “A un análisis de género bien hecho, que en efecto nos dé resultado contundentes, nos conducirá a unas políticas feministas. No hay políticas de género, pero el feminismo es, en efecto, una política activa: en las instituciones, que promueve normas, que acompaña al proceso de igualdad”. Y como muestra, los 100 años que pasaron desde aquel texto declarativo de 1848 “hasta la Declaración de Derechos Humanos, de categoría internacional, donde el sexo aparece mencionado como categoría relevante, que no servirá para hacer diferencia injusta. Son 100 años de debates, que no debemos olvidar. Es muy conveniente conocer la historia de las teorías feministas y las políticas que esta teoría ha implementado”.




¿Por qué, entonces, es importante hacer un master?, “porque a todos los estados que son como los nuestro, es decir, democracias formalmente declaradas igualitarias les conviene implantar cierto tipo de políticas y tener criterio y conocimiento para realizar los análisis previos necesarios para establecerlas, para hacer un estudio empírico de los cambios que se han sucedido. Y porque nos movemos en bosques normativos de los cuales conocemos los caminos principales que hemos ido fabricando: hay un desafío abierto pendiente que necesita gente especializada que, conociendo bien estos campos, sea capaz de defender, llevar adelante, proporcionar o promocionar políticas singulares. Llevamos más de 300 años en esto, la sociedad ha cambiado de un modo profundo y casi todo el mundo reconoce que ha cambiado para mejor. Lo natural es la jerarquía, que quien tiene fuerza se imponga, pero justamente no admitimos ni el estado autoritario ni el principio de la fuerza. Conozca usted la sociedad en que vive, recuerde que en el feminismo siempre hay una teoría, una vanguardia, una agenda, y un precipitado de acciones no deseadas que se producen a la par que las victorias. Porque necesitamos perfiles acusamente capacitados para completar esta tarea”.

Foto


Foto






Tras un intenso coloquio, el rector en funciones, Ricardo Mairal, clausuró el acto de inauguración del Master en Estudios de Género reafirmando su orgullo por haber participado como vicerrector de Investigación en la gestación del programa y los señaló como estratégico para la universidad. “no sólo por la función social de formación, sino desde el punto de vista de lo que debe ser la universidad hacia la sociedad. Y no sólo en España sino en los objetivos docentes y educativos que marcan la Agenda 2030, en su artículo 5 que desarrolla la igualdad de género como meta, y también en el 4, dedicado a la Educación”.




Canal UNED: Presentación del Máster Universitario en Estudios de Género






Comunicación UNED: Presentación del Máster Universitario en Estudios de Género


Presentación del Máster Universitario en Estudios de Género de la UNED (24/10/18)



Aida Fernández

Fotografías: José Rodríguez

Edición web: Óliver Yuste

Comunicación UNED