Madrid, 25 de febrero de 2019

María Jesús Peréx Algorreta, profesora de Historia Antigua, la primera mujer decana de la Facultad de Geografía e Historia de la UNED, eligió para su retrato oficial, que ya cuelga en la sala de grados, una fotografía en color en la que posa ante una pared colmada de libros. Todos sus predecesores aparecen en traje académico y en blanco y negro. Con su humor inteligente, una sutil dosis de coquetería y su capacidad para contagiar emociones, explicó el porqué de su elección. “El traje académico no favorece y ya casi no se usa, salvo en ceremonias solemnes, así que decidí vestir de paisano. El color es rompedor y quise cambiar, actualizar”.

La localización también está muy estudiada. “Pensé en el Museo Arquológico Nacional. Mi idea era posar ante el mosaico de las musas, que recoge el espíritu, el sentir de la Facultad. Pero hice unas pruebas y, o se perdían las musas, o me perdía yo. Así que recurrí al fotógrafo José Rodríguez Rodríguez y lo hicimos en el despacho del decanato, que representa muy bien cómo soy yo. Es un gran honor estar en la galería de retratos con todos los colegas que me han precedido al frente de la Facultad y, espero, con los muchos que me seguirán”.

La primera decana de Geografía e Historia, que ejerció durante 8 años su mandato, agradeció que “por dos veces, en la elección y la reelección, mis compañeros confiaran en mí para estar al frente de esta maravillosa facultad. Las autoridades académicas, los consejos de gobierno, el personal de servicios, representantes de tutores, delegados de estudiantes… He sentido que todos me han apoyado durante estos ocho años. Años que han sido duros, porque las circunstancias eran duras para la nuestra y las demás facultades; para la nuestra y las demás universidades. Aunque siempre se cruzan líos, espero que el que venga detrás lo tenga más fácil. Estoy orgullosa de haber llegado hasta aquí. Ha sido una experiencia maravillosa”.

Perex se emocionó y emocionó a los asistentes al agradecer a su entorno íntimo el apoyo recibido y las ausencias asumidas, “a mi familia, a quienes hoy no han podido estar aquí y a los otros, que me han visto desde algún sitio. Siempre los tengo conmigo, los noto alrededor, y saben que lo he hecho lo mejor que me era posible hacerlo”.

Por fin, el color

“Qué difícil es dar las gracias a una persona que ha dedicado ocho años de su vida a esta facultad. ¡Tan poco tiempo para tanto trabajo!”, explicaba Sagrario, “Yayo”, Aznar Almazán, la actual decana. Como historiadora del Arte, incidía en el revulsivo que supone ver colgar la imagen en color de su predecesora en el muro de la sala, “es la primera mujer y la primera en color, ¡gracias a dios, hemos superado el blanco y negro!”.

Aznar destacó las habilidades y el buen gobierno de Pérex, “que supo diseñar un equipo de trabajo con mujeres, y defender su compromiso y su manera de entender y ejecutar el trabajo”. Respecto a sus dos mandatos afirmó que “nos ha hecho crecer y nos ha convertido en la facultad que mantiene la docencia y la investigación más equilibradas y todo un ejemplo de gestión por el salto cualitativo que hemos dado bajo su dirección. Es un honor heredar el legado de su esfuerzo y la obligación de seguir trabajando”.

La piedra y la semilla

El rector, Ricardo Mairal Usón, reconoció la entrega de la decana al servicio público, que requiere “una alta convicción y una gran generosidad, ya que desde el momento que se asume, nuestro tiempo pertenece a los demás. Los proyectos son grandes si los objetivos son grandes, y si se consiguen, y en estos 8 años María ha conseguido un desarrollo exponencial en laboratorios y docenas de investigaciones”. Entre sus cualidades destacó su perseverancia, la planificación inteligente, la vocación y lealtad institucionales, “todos ellos claves en el desempeño del servicio público y el compromiso hacia los demás”.

“Esta sala nos sitúa a la vez, en la historia de una Facultad de referencia para toda España y en el proyecto docente para los futuros historiadores”, afirmó. Para concluir le dedicó a María Pérez la cita del Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal ofrecida por el profesor José Elguero, expresidente del CSIC, durante su investidura como doctor honoris causa de la UNED: “Por encima de la abeja está el enjambre. Poco puedo esperar de mi persona. Todos somos caducos, pero siempre queda el consuelo de caer en el surco, nunca como una piedra inerme, sino como un semilla viva”.