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Madrid, 23 de febrero de 2016




Exámenes UNED: la rueda que nunca deja de girar

En la pasada convocatoria de febrero se realizaron 204.350 pruebas en todo el mundo, para las que se formaron 207 tribunales integrados por 704 profesores, y hubo que superar hasta un terremoto

Alumnos realizando un examen


Rocío Muñoz Mansilla, vicesecretaria general de Pruebas Presenciales de la UNED define la tarea que dirige desde su cargo como “una labor de equipo, un esfuerzo común de muchas personas repartidas entre la Sede Central, los Centros Asociados, las Facultades y Escuelas, los Centros en el exterior…” pero una voz en el despacho que comparte con algunos de sus compañeros añade “y un trabajo que se repite tres veces al año más la convocatoria extraordinaria de diciembre… un trabajo que no cesa en ningún momento”. Y es que la maquinaria necesaria para que los estudiantes de la UNED puedan realizar sus exámenes con todas las garantías de seguridad y de igualdad tan sólo deja de trabajar en verano, cuando la universidad al completo se toma un respiro para coger fuerzas de cara al curso siguiente. Hace apenas unos días finalizaba la última convocatoria realizada, en la que se han tenido que afrontar cortes de luz y hasta un terremoto, “y ya estamos dando los primeros pasos para la siguiente, la de junio”.


Con el volumen de cifras que maneja la universidad -236.197 estudiantes el curso pasado, 204.350 pruebas presenciales realizadas en esta última convocatoria, 704 profesores movilizados y repartidos en 207 tribunales- constatar que las incidencias son mínimas y que las convocatorias finalizan con éxito sólo es muestra del ímprobo trabajo de equipo y “de la calidad humana del alumnado, que demuestra continuamente su educación y su voluntad de colaborar siempre que afrontamos algún problema”. Porque problemas surgen… y a veces logran “sacudir” la organización de todo un centro y de la parte correspondiente de la Sede Central.



Terremoto en Melilla

Exámenes en Melilla

Examen en el Centro Asociado de Melilla

El pasado lunes 25 de enero, primer día de la convocatoria oficial, un terremoto de 6’3 grados en la escala Richter sacudió la ciudad de Melilla. Eran las 05:22 de la mañana y a las 09:00h. debían dar comienzo las pruebas. No se pueden retrasar porque los exámenes se realizan de forma simultánea en todo el país, por lo que las decisiones tuvieron que tomarse de forma rápida y decidida. Todo ello después de superar más de 20 segundos de temblor. El director del Centro Asociado de Melilla, Antonio Bravo, afirma que “fue una auténtica carrera de nervios. Lo primero que hicimos fue pedir una evaluación urgente de daños por parte de los servicios técnicos de la ciudad para que comprobaran la situación del edificio y nos garantizaran la seguridad tanto de los alumnos como del personal pero, al mismo tiempo, comenzamos a organizar el traslado de todos los exámenes al sábado siguiente”. “Ahora nos sentimos orgullosos de cómo se desarrolló todo y podemos resaltar como anécdota que fuimos el único organismo oficial que abrió ese día”, continúa el director, “pero la realidad es que todos pasamos momentos de mucha tensión, sobre todo cuando empezaron los exámenes y se produjeron las réplicas, una de ellas bastante fuerte y que hizo que temblaran hasta los cristales durante 3 o 4 segundos”.



Tanto el director del centro como su secretario, José Megías, destacan la actitud de los estudiantes y del personal del mismo. “Hicimos una piña y mantuvimos y ayudamos a mantener la calma. También sentimos el apoyo de la Sede Central, pues las 07:45 de la mañana recibimos la llamada del vicerrector de Centros Asociados, Tomás Fernández, poniéndose a nuestra disposición para lo que necesitáramos. Una vez tomada la decisión de seguir adelante con todas las garantías de seguridad, avisamos por radio para que los alumnos supieran que las pruebas se iban a realizar y atendimos las llamadas y las dudas que se iban planteando”. Finalmente, todo se sucedió con normalidad y en el centro melillense se realizaron 118 exámenes ese día. El balance final se saldó con algunas grietas, un ascensor averiado y un único estudiante, guardia civil de profesión, que no pudo realizar sus pruebas por tener que acudir a su puesto de trabajo.


Y es que es imposible tenerlo todo controlado, tal y como apunta la vicesecretaria general, ya que las incidencias normalmente están relacionadas con la climatología. “En ocasiones los centros se quedan aislados por la nieve o a los alumnos les resulta complicado el acceso al mismo. También se nos han dado situaciones concretas provocadas por accidentes de tráfico y grandes retenciones o, en esta misma convocatoria de febrero, un corte de luz que afectó a la ciudad de Córdoba durante tres horas. En estos casos tratamos de flexibilizar al máximo la entrada al centro y evaluar cada situación de forma individualizada”.

Noticia Melilla

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La trastienda de los exámenes



Instrucciones


Los nervios con los que se enfrentan los alumnos a sus exámenes probablemente no les deje ver el arduo trabajo que hay detrás de su organización. Todo comienza aproximadamente tres meses antes de cada convocatoria, cuando desde la vicesecretaría de Pruebas Presenciales se solicita a los Centros Asociados y a los Centros en el extranjero un número aproximado de los tribunales que necesitarán. “Esta estimación”, explica Muñoz Mansilla, “la realizan los Centros Asociados a través de una aplicación desarrollada por el centro de Barbastro, que es el centro en el que se manejan los datos estadísticos de exámenes, y se hace teniendo en cuenta los exámenes realizados en años anteriores y el volumen de matrícula del curso actual”. También se les encarga la formación de una Comisión de Apoyo, “una figura relativamente nueva, que se puso en marcha hace siete años y de cuyos resultados estamos muy satisfechos”.


Se trata de un grupo de trabajo formado por personal del centro cuya tarea es facilitar la tarea del tribunal de exámenes, entre cuyos componentes se encuentra siempre el propio director del centro. “Contar con personas que conocen bien el centro y a los alumnos es el complemento perfecto a un tribunal de exámenes que es ajeno al mismo, oficial y rotatorio, tal y como especifica que debe ser el Reglamento de Exámenes”. Revisadas y aprobadas las propuestas, se realiza el sorteo de profesorado para componer los distintos tribunales y se solicitan voluntarios para los que acudirán a examinar a Centros Penitenciarios y a los centros de Guinea Ecuatorial y Caracas.


Los docentes cuentan con la formación necesaria para hacer cumplir el Reglamento de Pruebas Presenciales de la universidad. “Realizamos una sesión formativa presencial en coordinación con la dirección del Servicio de Inspección, el responsable de UNIDIS (Centro de Atención a Universitarios con Discapacidad de la UNED) y los técnicos informáticos necesarios”, relata la vicesecretaria general. “En ella explicamos cómo afrontar las posibles incidencias, el manual de buenas prácticas, el tratamiento de los exámenes adaptados y el funcionamiento de la valija virtual”. Esta sesión se puede visualizar posteriormente en la página web de Pruebas Presenciales, donde también se puede encontrar el reglamento oficial y las instrucciones específicas para cada convocatoria”.


De forma paralela, los profesores comienzan a preparar los exámenes. Algo que casi nadie sabe es que cada profesor debe preparar ocho modelos distintos –siempre y cuando no se den circunstancias excepcionales que obliguen a realizar alguno más- “pues cada asignatura tiene dos modelos para la convocatoria nacional, uno de reserva para la Unión Europea (el modelo original coincide con la sesión nacional), dos modelos para los centros de América y Guinea Ecuatroial, cuyo horario es incompatible con el resto; dos exámenes para estudiantes de Centros Penitenciarios, cuyas pruebas se realizan en una semana distinta, y un último modelo que llamamos de ‘reserva especial’ para casos urgentes, como el de Córdoba. Éste último, al contrario que el resto, no viaja en valija virtual y permanece en la Secretaría General y en las facultades y Escuelas”. Los docentes tienen una fecha tope para entregar sus exámenes que, a partir de ese momento, se encriptan y se almacenan en un servidor seguro hasta la fecha correspondiente.


Lector óptico

Lector óptico para identificar al estudiante

“Todo el proceso”, explica Muñoz Mansilla, “es completamente virtual y se apoya en la perfecta coordinación entre el Centro Asociado de Barbastro y el Centro de Tecnología de la UNED (CTU), ubicado en Madrid”. Desde Barbastro, sede que desarrolló y puso en marcha el sistema de valija virtual y valija de retorno ya completamente implementado, continúan introduciendo mejoras en el mismo, y son los encargados de realizar una “prueba cero” una semana antes del inicio de la convocatoria.



Una asignatura con más de 6.500 alumnos presentados


Rocío Muñoz Mansilla

Rocío Muñoz Mansilla

Con el engranaje perfectamente engrasado, la maquinaria de Pruebas Presenciales de la UNED llega a su momento culmen: la realización de los exámenes. Es entonces cuando las cifras cobran especial significado y cuando queda patente que todo debe estar calculado al milímetro. El sistema de valija virtual ha logrado facilitar enormemente el proceso de recepción e identificación de alumnos, así como su ubicación en la sala, el reparto de exámenes y el control del tiempo. Igualmente, el método de retorno con el que se complementó el sistema inicial ha agilizado el envío de las pruebas realizadas a sus correspondientes facultades y escuelas para su corrección, proceso éste enormemente complejo debido, una vez más, al volumen de la universidad.

Hay profesores”, explica Muñoz, “que tienen hasta 15.000 alumnos matriculados en su asignatura. Este año, en febrero, Psicología de la Motivación, materia del primer curso del Grado en Psicología, ha registrado 6.674 estudiantes presentados, la mayor de esta convocatoria. Lo cual se traduce en el mismo número de exámenes que corregir”. Aunque en estas asignaturas suelen realizarse exámenes tipo test, no siempre es o puede ser así. “Para facilitar el trabajo de los docentes contamos de nuevo con apoyo tecnológico, como una aplicación para la corrección de exámenes que posibilita a los profesores corregir sobre el examen digitalizado, descargarlo e imprimirlo si lo desea y otras muchas opciones”.

Afirma la vicesecretaria general que cada vez son más los profesores que utilizan esta aplicación, que hace algo más fácil cumplir los plazos estipulados para la entrega de calificaciones. “Normalmente se establecen tres semanas como máximo para la publicación de las notas y, posteriormente, siete días naturales para la atención de posibles peticiones de revisión y la publicación oficial de actas; estos plazos que establecen para garantizar a los estudiantes la publicación de sus calificaciones, pero también para asegurarles las calidad de la evaluación”.

Desde este curso, además, las calificaciones ya se pueden consultar a través del móvil gracias a una aplicación desarrollada con recursos propios de la universidad y que está disponible para iOS y Android.



La universidad de la adaptación


La misión principal de la UNED es universalizar la Educación Superior, de ahí que sea la institución de referencia para los alumnos con algún tipo de discapacidad. En el curso 2014-2015 se matricularon 8.003 estudiantes con discapacidad en la UNED, dato que supone que el 41 por ciento de alumnos universitarios con diferentes capacidades estudia en ella. A través de UNIDIS se canalizan las peticiones de adaptación de exámenes, que se analizan de forma individualizada para una correcta atención.


“Estas adaptaciones”, explica Muñoz Mansilla, “pueden ser de distintos tipos: desde la más simple y que consiste en modificar el tiempo disponible para la prueba, hasta la más compleja, que supone la realización de exámenes a domicilio en situaciones realmente excepcionales”.

El curso pasado, se registraron 4.575 asignaturas con adaptaciones concedidas, que suponen la grabación de exámenes orales, la modificación de tipos de letra, la escritura en método Braille, la adaptación de exámenes con ordenador mediante un software especial o la facilitación del propio acceso a la sala. “Todo ello se puede realizar gracias, de nuevo, al esfuerzo de los profesores, que alguna vez tienen que preparar otro examen distinto para adaptar su tipología”.


Una capacidad de adaptación que, en esta última convocatoria, ha logrado llevar los exámenes a la base militar Miguel de Cervantes, en El Líbano, donde seis estudiantes realizaron 21 pruebas presenciales gracias al apoyo de las Nuevas Tecnologías y el respaldo de un convenio firmado en 2011 con el Ministerio de Defensa. “La experiencia resultó un éxito”, recalca Muñoz Mansilla, “un éxito gracias de nuevo al trabajo en equipo de todos los que estamos involucrados en la realización de las pruebas presenciales, desde el personal que integra la vicesecretaría general pasando por los secretarios de las facultades y escuelas, los profesores, los directores y el personal de los Centros Asociados y los técnicos del Centro Asociado de Barbastro y del CTU”. Pero, para la responsable de Pruebas Presenciales de la UNED, la conclusión a la que llega una vez evaluado todo el proceso es sólo una: “Creo que los estudiantes de la UNED se pueden sentir orgullosos de nosotros, pero tengo claro que nosotros nos sentimos muy orgullosos de ellos”.


Exámenes en El Líbano

Militares de la base libanesa 'Miguel de Cervantes' realizando los exámenes de febrero



Itziar Romera

Edición web: Elena Lobato

Comunicación UNED