Entre las funciones y competencias propias del profesorado y de los directivos de los centros educativos se encuentran las relacionadas con el desarrollo y mejora continua tanto profesional como personal.
En esa mejora, la investigación pedagógica ha identificado el papel fundamental que juega la evaluación, tanto en la eficacia de las acciones del profesorado como en la relativa a los propios programas, proyectos y organizaciones..
Por otra parte, la evaluación institucional, que participa de los mismos principios que la aplicada a los alumnos y a los programas, se ha revelado como elemento clave para mejorar los proyectos educativos y toda la organización a su servicio. De hecho, los centros y demás instituciones educativas bien pueden considerarse como auténticas organizaciones al servicio de planes, proyectos y programas, debidamente articulados y adecuadamente organizados.
Dada la enorme complejidad de las instituciones y hasta de los programas –atendiendo a su personal, sus funciones y la dificultad y largo alcance de los objetivos educativos- una evaluación desde funciones formativas se nos revela como una herramienta fundamental en el marco de las actuaciones destinadas a la mejora continua.
Algo similar debemos afirmar en relación con la innovación. Si toda innovación supone un compromiso con la mejora, no debe olvidarse el riesgo que siempre implica, riesgo que debe asumirse con la imprescindible fundamentación de la misma, la formación de sus protagonistas, y la disponibilidad de los recursos necesarios para alcanzar con eficacia, eficiencia y calidad las soluciones a las necesidades a las que pretenden responder. Además, toda innovación debe ir avalada por un proceso de evaluación de la misma, mediante planteamientos rigurosos de investigación de los procesos y de los resultados, realizados con la utilización de los enfoques metodológicos que requieran, en los que la evaluación formativa, y los análisis cuantitativos y cualitativos, deben formar parte del proceso total de la evaluación de la innovación.
Pues bien: la mayoría de los destinatarios del Máster son licenciados / graduados que trabajarán en organizaciones educativas en funciones de diversa naturaleza pero con un núcleo común por lo general: la preocupación por la calidad y la eficacia de los educadores / profesores, de sus programas y de las propias organizaciones. La asignatura, por tanto, se considera relevante en el marco de la formación de estos profesionales, y de gran utilidad para el desempeño eficiente, eficaz y satisfactorio de sus funciones.
Del mismo modo, con las matizaciones pertinentes, la asignatura ofrece formación metodológica a los alumnos de otros másteres de la Facultad que la cursan dentro de su Plan de estudios. En la medida de lo posible, se atenderán sus peculiaridades durante el desarrollo de los estudios.
